Capítulo 1: El molesto vecino

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Lúan se aferraba con todo su ser a los apoyos para brazos del avión, mantenía sus ojos cerrados y en su mente contaba ovejas.

La adrenalina empezó a correr sus venas y sintió como su estómago dio un vuelco. Las ovejas en su cabeza desaparecieron.

—Nos vamos a estrellar. Nos vamos a estrellar. Nos vamos a estrellar.

—Te voy a estrellar el equipaje en la cara si sigues asustando a Kouki.

Voy a morir, voy a morir, voy a morir.

Se tranquilizó un poco al sentir la manita de Kouki cubrir la suya.

 Al menos hasta que se dio cuenta que ambos estaban la misma situación.

Vamos a morir, vamos a morir, vamos a morir.

—¡Tranquila, ochee-chan, no permitiré que caigas!

Ella trató de sonreír.

—N-no digas tonterías.

Tomó la mano de Kouki e intentó relajarse en su asiento.

El trayecto había sido un martirio.

Se había rehusado firmemente a viajar por avión, incluso había propuesto un viaje por mar, pero los adultos se negaron.

Estaba muy segura solo lo hicieron para fastidiarla.

De una forma u otra su tortura terminó en cuanto el avión aterrizó en el aeropuerto de Tokyo

Lúan ayudó con las maletas al mismo tiempo que vigilaba a que Kouki y Kai no causaran tanto alboroto.

Kouki era el menor y quién siempre tenía ideas descabelladas para meterse en problemas, mientras que Kai se dejaba llevar. Tenían 5 y 10 años respectivamente y eran como un grano en el culo.

El viaje hasta la vieja casa fue más... tranquilo.

Veía el paisaje mientras dejaba que Kai jugara con su cabello y Kouki durmiera desparramado sobre ellos en el asiento de atrás.

—Onee-san, ¿crees que nos adaptemos? Ha pasado mucho tiempo —susurró Kai. Ella quiso responderle con franqueza, pero las palabras se trabaron en su garganta.

Debía pensar en positivo, ser racional e intentar ver el lado bueno de volver a Tokyo. 

Pero no podía. 

Simplemente no podía asumir que había dejado el paraíso de Italia para volver al infierno que a veces quería olvidar. Sin embargo, al mirar el reflejo de Kai en la ventana contuvo sus palabras, solo era un niño asustado. No era muy diferente a ella.

—¿Te refieres a la escuela? —preguntó volviéndose hacia él, su cabello cubría la mitad de su rostro a propósito, como si no quisiese que viera su expresión —, volverás a ver a tus amigos.

El niño hizo una mueca.

—Tal vez no me recuerden.

Lúan torció el gesto y le dio un codazo amistoso en un intento de relajarlo, que provocó un gruñido por parte de Kouki.

—¡Bruta casi lo despiertas!

—¿Cómo me llamaste?

—¡Llegamos! —exclamó Rosé, deteniéndose frente a una enorme casa. A su lado Kai silbó como si no la reconociera y la ayudo a cargar a Kouki, quién seguía dormido.

Ese niño tenía el sueño extremadamente pesado.

A ella no le impresionó la estructura, lo único que quería hacer era encerrarse en cualquier habitación y hacerse lo más pequeña que podía. 

El resurgir del fénix | Manjiro x OC |Where stories live. Discover now