2.7 Rokuhara Tandai

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Después de unos días agitados Lúan volvía a ser la misma de antes.

Asistía a ciertas reuniones y despilfarraba unos cuantos miles de yenes a su antojo.

South se había enterado de su relación con Takemichi y Draken, ella había terminado por contarle que solían ser amigos. De hecho, Lúan le confesó que solía juntarse con Mikey.

—Lo suponía —le había contestado él —, siempre pones una cara rara cuando lo mencionamos.

Al principio quiso que reclutara a ambos de sus amigos, dejando sospechosamente el tema del rubio en el aire.

Lúan empezaba a creer que su hermano le gustaba pedirle cosas imposibles.

Draken jamás se aliaría con South, mucho menos Takemichi.

No tenían nada en común.

Para tratar de persuadirlo intentó preguntar sobre la llamada de la vez pasada.

Pero cuando trató, las palabras no salieron de su boca. No supo cómo formular la pregunta son que él se lo tome mal.

Así que dejó ir el tema por el momento.

No se le había olvidado, solo lo pospondría hasta encontrar las palabras exactas.

Tampoco se le olvidaba lo que había pasado aquella madrugada después de decidir ir al bar a despejar su mente, todo se repetía en su cabeza una y otra vez y no podía creer lo estúpida que había sido al pensar que Mikey, aunque sea poco tiempo, sería capaz de...

Volver a mí.

Sacudió la cabeza, Kakucho la había mandado a comprar algo de comer mientras se llevaba a cabo otra reunión.

Solo fue el alcohol, no le des muchas vueltas. 

En el camino distrajo sus pensamientos y se concentró en Takemichi y Draken. South los quería a ambos para destronar a Mikey, vencerlo de una buena vez. Pero Lúan no veía necesidad de un enfrentamiento si ambos eran considerados deidades junto a Senju.

A pesar de sus juntas, una parte de ella seguía pensando que la violencia no era el único camino.

Pero entendía el factor comercial que eran las drogas, South podía buscar otro lugar para comercializarlas; sin embargo, prefería irse a los golpes.

Hombres.

—¿Eh? ¿Qué sucede? —susurró para sí misma al ver a la policía frente a un local que ella había patrocinado en sus principios, no era su fuente principal de ingresos pero de todas formas se acercó a curiosear.

—¡Yo no sabía nada, oficial! —decía el dueño, un sujeto que no conocía directamente—, m-me la jugaron. ¡Yo no sabía que vendían drogas!

Lúan cambió la dirección casi al instante, frunciendo los labios y preguntándose si alguien los había delatado. De una u otra forma era un peligro para su bar, la policía estaría rondando el lugar.

—¿Ramen? ¿No había otra cosa? —se quejó Kakucho cuando le dio las bolsas de comida.

—La próxima vez ve tú —dijo sin molestarse en ocultar su molestía. La policía podía dar con su bar, era el más conocido y si lo descubrían, la mayor fuente de sus ingresos se iría por el drenaje. No podía dejar que sucediera, así tenga que suspender el comercio de forma indefinida—, la policía clausuró el local vecino. Encontraron LSD o alguna especie de droga dentro.

Tuvo que explicar al pelinegro la razón de su mal humor, se sentó pensando en todas las posibilidades que tenía, la más viable era suspender todo comercio ilegal, pero si lo hacia perdería un par de miles.

El resurgir del fénix | Manjiro x OC |Kde žijí příběhy. Začni objevovat