2.3 Bontem (parte uno)

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Los días siguientes pasaron lentamente, su rutina era levantarse, bañarse, ir al bar, bailar, coquetear con Ran si coincidían, y volver al departamento. Era divertido, pero no la satisfacía del todo.

Un sábado por la noche decidió volver a las carreras que organizaban algunos ex compañeros de facultad.

No se molestó en ocultar su identidad, era conocida por hacerse con más de medio millón de dólares en una gran apuesta contra peces gordos, reacios a creer que una chica ganaría el mayor evento de la pista. Después ellos trataron de recuperar su dinero, lógicamente, pero ella había conseguido que la dejaran en paz.

—¡Eh! —la saludó un compañero cuando la reconoció, Lúan no se acordaba de su nombre—, ¿compites hoy?

Ella negó con la cabeza, sentándose en el lugar que le ofreció. Inmediatamente, se sintió observada, pero no le tomó importancia porque todo el mundo la conocía en aquellos sectores.

—¿Cómo va todo? —preguntó tratando de acordarse el nombre—, ¿alguien que valga la pena?

Las carreras eran un negocio de doble filo, pero a ella le gustaba invertir si veía futuro en la inversión.

—Nadie después que tú, obviamente. Pero hay uno que tiene futuro, no viene seguido pero oí que también está en una pandilla.

—¿Nombre?

—Manjiro, creo.

¿M-mikey?

Escondió sus manos y decidió quedarse unos momentos más para ver la última carrera del día.

Intercambió unas bromas de mal gusto con otros compañeros que se topó por ahí, y que pudo recordar sus nombres, luego dio una excusa para irse. Sus ganas de competir habían sido eclipsadas por el rubio. 

No quería verlo ahí, no quería verlo en absoluto. 

Extrañamente, cuando se encontraba en una zona no tan concurrida, se sintió observada. Pero cuando se volvió no se encontró con nadie.  

No es nada.

Después de aquel día no volvió a asistir a las carreras.

Pero su rutina tampoco volvió a repetirse gracias a las incontables peleas que Rokuhara Tandai tenía que pasar para hacerse más conocida, su trabajo se había duplicado.

South podía llegar a considerarse como una de tres deidades, pero no iba a conseguir nada si su nombre seguía siendo manchado por inútiles con aires de grandeza.

A su hermano no le importaban las peleas pequeñas, pero Lúan sabía que ahí nacían o se hundían reputaciones, así que por su cuenta decidió encargarse.

De esa forma se había vuelto a cruzar con Kakucho.

Recordaba la tarde en la que ella había visto al pelinegro por primera vez, se encontraba acompañado por Izana, el hermano de Mikey.

Pero ahora estaba con hermanos Haitani, conocidos en el distrito del entretenimiento, y parecía que recién había salido de una pelea muy fea, días después lo vio de lejos en las reuniones de la pandilla y le pareció sospechoso.

Lo había seguido una noche a un bar de mala muerte y después de varios días de vigilarlo de lejos, había decidido acercarse con una sonrisa. 

—No eres de por aquí~ —dijo sentándose a su lado—, ¿vienes solo?

La ignoró hasta que ella hizo un puchero y le quitó su bebida.

—Métete en tus asuntos.

Lúan le había sonreído. 

El resurgir del fénix | Manjiro x OC |Where stories live. Discover now