2. 18 Black Dragons

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Lúan casi saca a patadas a los Haitani de su casa

El día había empezado normal, o lo más normal después de una madrugada muy activa.

Ella se había levantado completamente desnuda envuelta en una sábana en los brazos de Mikey, había sido una completa odisea safarse del agarre del rubio. Fue una muy mala idea, porque con el más mínimo movimiento que hizo sintió una punzada de dolor en su intimidad.

Mladijo varias veces al chico de su costado, incluso trató de despertarlo sin éxito.

Una pequeña parte de ella quiso quedarse a seguir viendo la expresión calmada que Mikey tenía al dormir. Se había acaparado todo el espacio, también las sábanas pero a Lúan lejos de molestarle se le hizo tierno.

Al menos hasta que trató de salir y notó su desnudez.

Fue muy complicado, doloroso, y cansado salir de la cama así como vestirse. En algún punto el rubio gimoteo en sueños, pero no se despertó.

Estaba avergonzada al ser más consciente del desastre que habían hecho. Habían sabanas sucias y manchadas en el suelo, Mikey las había tirado y sacando otras para cubrirlos a ambos, también la había limpiado y abrazado para que no pasase frío.

No supo cuál sería su reacción al despertar y, aunque sentía cierta ansiedad por descubrirlo, sus pensamientos racionales habían vuelto y sus hermanos aparecieron como prioridad.

El camino fue horrible. Un martirio a pesar que solo fueron pocos metros.

Pero cuando abrió la puerta y vio a ambos niños dormidos en los sofás con los Haitani roncando en el suelo algo dentro de ella se calmó.

Hasta que vio las revistas pornográficas a su alrededor.

Estuvo a punto de echarlos a patadas.

Sin embargo, ver a Kai y Kouki dormir con las cabezas juntas le provocó un vuelco en el corazón, siéndole incapaz de hacer ruido para que no se despertarán.

Me esperaron.

Con un suspiro Lúan fue a su habitación a tomar una ducha, después tendría tiempo de patear a los hermanos Haitani. Necesitaba descansar su adolorido cuerpo y pensar. Aclarar sus ideas.

Los sucesos de los últimos días habían superado sus espectativas. Recordaba el rostro de sus captores, así como la fea sensación que tuvo cuando perdió el control de sus acciones. No se arrepentía de haberles hecho daño, pero al mismo tiempo estaba aliviada de no haber haberles quitado la vida. La habían capturado por dinero, solo uno pareció haberla conocido antes. Pero ella no lo recordaba, a ninguno en realidad. Nunca los había visto.

Pero ellos habían estado bajo las órdenes de Minami.

No podía negar que dolía hacerse la idea de él metido en la mafia, el historial de esa organización no era nada limpio.

¿Qué más me ocultabas, Minami?

Le fastidiaba no tener respuestas.

Se vistió con una camiseta lo suficiente grande como para tapar las marcas que el rubio había dejado en su piel, unos pantalones holgados pero abrigadores y una sudadera de color negro.

Con mucho cuidado se recostó en la cama y puso a cargar su celular.

Muchas llamadas de Senju, Takemichi, Wakasa, Keizo hasta de Mitsuya.

Para WakaWaka:

Estoy en casa, pasaré el resto del día aquí.

Él respondió minutos más tarde con un 'Ok', por lo que paso al contacto de Senju.

El resurgir del fénix | Manjiro x OC |Where stories live. Discover now