Capítulo 2: Através de la ventana

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El día de escuela llegó para los tres.

Kouki estaba lleno de emoción, todo lo contrario a Kai quién ponía excusas para volver a casa, mientras tanto a ella le daba igual todo.

El perfecto balance.

Rosé les daba las últimas advertencias antes de dejarlos en la puerta de la escuela, por el momento los menores parecían tranquilos; sin embargo cuando su madre fue a trabajar, Kai empezó a caminar por su cuenta al que sería su salón de clase.

Lúan tomó la mano de Kouki y con el ceño fruncido fue a alcanzar al desaparecido. 

—¿Desde cuándo eres tan independiente?

Él solo le volvió el rostro, pero permitió que ella lo ayudara a encontrar su salón, lo mismo pasó con Kouki y al final ella tuvo que ir corriendo al otro edificio en busca del suyo.

Cuando tocó la puerta sus nervios comenzaron a aparecer. 

Maldito Kai

 ¡Se los había contagiado!

Tampoco ayudaba no haberse comunicado con Emma o Baji. No estaban en aquella escuela, lo cual era un alivio. Sin embargo, hubiese querido hablar con ellos antes de sus clases, lo estuvo postergando bastante. Y se sentía un poco culpable.

El profesor al abrir la puerta le preguntó si ella era la alumna nueva, le entrego sus papeles y le permitió pasar.

—Chicos hoy se les unirá una estudiante del extranjero, trátenla bien. Preséntate querida.

—¡Lúan!

Oh no.

¿Qué tan remoto tiene que ser todo para que Takemichi Hanagaki estuviese en su mismo salón?

Quería hacerse chiquita.

El profesor le indicó que vaya a sentarse en algún sitio libre.

Ella optó por sentarse cerca de la ventana, desgraciadamente estaba al lado del chico de la cresta rubia. Le sonrió de manera incómoda y trató de ignorarlo la mayor parte de la clase.

Takemichi y ella se conocían desde siempre, o más o menos, Lúan recordaba tener un crush con él por lo genial que se veía cuando defendía sus ideales.

 Pero al rubio patito también le gustaba juntarse con pandillas de mala muerte y ella trataba de alejarse en lo posible de los problemas.

El tiempo pasó demasiado rápido, en el descanso no le sorprendió que nadie se le acercara. Emma solía decirle que daba miedo, así que aburrida y sin tener nada que hacer decidió ir al baño, en dónde recibió miradas curiosas, pero nadie se le acercó.

Suspiró.

Hacer amigos no era una opción.

Al salir se cruzó con la persona que menos quería ver. Takemichi, quién hablaba con su grupo de amigos, todos ellos estaban animados por algo que desconocía. Lúan volvió a saludarlo algo incómoda y él, nervioso, le devolvió el saludo.

Ambos se habían alejado con el tiempo así que para ella era difícil entablar una conversación con el rubio patito como cuando iban a la primaria. 

Caminó un poco más hasta que divisó a lo lejos una cancha deportiva en dónde varios chicos se reunían y parecían estar... ¿peleando?

No.

No era de su incumbencia.

Volvió al salón y el resto del día no fue muy interesante.

Enseñaban temas que ya sabía, por lo que aprovechaba para dormir o leer alguna revista médica o de autos carísimos. Le gustaban bastante las carreras.

A la salida fue directo a su casa, y tuvo mucha cautela al momento de entrar, ya que no sabía si Mikey la había delatado con Emma o Baji. 

Por su propio bien que no haya comentado nada.

En casa se habían terminado de instalar, Rosé había horneado postres y llevado a diferentes vecinos a modo de saludo, mientras tanto Leo se esforzaba por enseñarles el armamento militar que usaba en misiones a Kouki y Kai.

Esos dos estaban más extraños de lo normal, Lúan los había pillado cuchicheando lejos de todos.

¿Habrán roto algo valioso otra vez?

Había tratado de espiar, pero se callaban cuando ella se acercaba.

Se frustró y encerró en su habitación. 

La habitación estaba más ordenada y podía decir que hasta le daban ganas de invitar a Emma a una pijamada.

Su block de dibujo estaba lleno de bocetos de árboles, flores, cielos estrellados pero lo que más prenominaba eran retratos de dos personas en específico. Una chica y un chico mayores que ella, ambos son rasgos familias y muy diferentes al mismo tiempo.

Sintió su corazón estrujarse y de nuevo esa sensación de que le faltaba el aire.

Se sentó en el alféizar de la ventana y empezó a trazar líneas.

No era muy buena dibujante, pero la calmaba de alguna forma crear nuevas figuras en papel. Así que intentó pensar en algo que distraiga los pensamientos tortuosos que empezaban a generarse en su cabeza.

¿Eh?

Al ver su dibujo se dio que se trataba de la silueta del rubio hermano de su rubia amiga.

Debía ser una broma.

Levantó la mirada frustrada por tener al niño presente en sus pensamientos; sin embargo, vio que el dueño de aquellos trazos se encontraba ahí, mirándola divertido.

Abrió los ojos con sorpresa y la vergüenza hizo que se fuera para atrás, cayéndose del alféizar.

Oh no.

No, no, no.

¿Me vio?

La respuesta vino con el sonido de una risa aguda y estridente, la cual Lúan maldijo a más no poder.

Lo siento mucho Emma, pero te vas a quedar sin hermano.

El resurgir del fénix | Manjiro x OC |Where stories live. Discover now