2. 13 Bonten

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La semana siguiente fue extrañamente reconfortante.

Senju y ella coincidieron a menudo en el gimnasio de Wakasa. Ella llevaba a Kouki y a Kai para que el adulto les enseñara algo de artes marciales y Senju aparecía casualmente.

Sospechaba que Wakasa le avisaba, pero no tenía pruebas de aquello.

A los pequeños les cayó bien Senju, pero con quién pactaron un lazo especial fue con Takeomi, quien en algunas ocasiones acompañaba a su hermana al gimnasio.

Lúan y él no habían hablado directamente, solo hacían el esfuerzo por no hacer tan incómodas las reuniones, que por cierto no habían vuelto a realizarse. 

Takemichi les avisaría cuando se programase una, por lo pronto Mitsuya se encargaba de confeccionar los uniformes con ayuda de Chifuyu mientras que Senju y ella se encargaban de darle cierta reputación con peleas organizadas en su bar.

Al principio se negó, pero la presión de todas las miradas sobre ella ganó. De una forma u otra, tenía excusa para visitar su negocio.

Ah, su bar.

Extrañaba tanto encargarse de todo que le quitó el trabajo a Shion unos días.

En ese trascurso se percató de las miradas que Yuuri y Shion compartían.

Así que por eso pasa tanto tiempo aquí...

Era divertido verlos interactuar entre sí. Yuuri se sonrojaba y Shion evitaba mirarlo a los ojos.

¿Quién lo diría?

Volviendo a las peleas, Mitsuya les había hecho llegar un par de monos con el logo de la pandilla (era un prototipo). Senju y ella los usaban cuando peleaban en la parte trasera del bar, la pandilla pequeña de Alfons también había contribuido en que se hicieran rápidamente conocidas. 

Lúan había encontrado un balance entre su vida académica y sus salidas con la peliblanca, lo que de cierta forma la despejaba.

Senju no había vuelto a tocar el tema de su hermana, tampoco la presionaba mucho a hablar si no quería. Le daba su espacio.

—Lú, tal vez no llegue hoy —le avisó Kakucho. Ella asintió y no indago más en el tema. Estaba terminando de almorzar mientras revisaba unos casos clínicos cuando el pelinegro irrumpió en el comedor con una ropa oscura.

No quiso saber a dónde iría, ni con quién , mucho menos quién lo había mandado.

Kakucho pertenecía a la pandilla de Mikey.

Él no sabía nada de la pandilla de Takemichi, o tal vez sí pero desconocía que ella formaba parte.

Quizás era mejor de esa forma.

—Nee-chan —dijo un Kouki de siete años y medio, frotándose sus ojos con sueño y llegando al comedor con la manta encima—, Kai quiere que nos leas un cuento.

—¡Idiota, tú eres el que lo quiere! ¡Yo no!

Lúan miró con gracia como Kai los había estado espiando y bajado las escaleras cuando escuchó a su hermano.

—Venga, vámonos.

—¿Kakucho-nii estará bien? —volvió a preguntar Kouki cuando le tomó de la manita—, dijo que iría a un viaje de negocios...

—¿Ah sí? — susurró ella cargandolo —, ¿qué más te dijo?

Después de todo también era alguien curiosa.

—Que no iba a demorar... n-nos dijo... que traería regalos.

¡Los estaba malcriando! ¡Y a sus espaldas!

El resurgir del fénix | Manjiro x OC |Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin