Capítulo 1: Momento cero

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— Es tan hermosa ¿no crees?

¿Qué si es hermosa? Es perfecta. Ver a Anastasia perdida en el mar azul de los ojos de nuestra Danna es lo mejor que me ha tocado vivir. Las dos mujeres que más amo en mi vida me dan la tranquilidad que tanto necesito con solo su existencia.

— Se parece a ti. — me dice mientras contiene las lágrimas.

— Yo creo que es igual de linda que su madre. — la beso en la frente y sorbo por mi nariz.

Hace dos horas que mi niña llegó a este mundo, no estuve a su lado para oír su primer llanto, tampoco pude sostener la mano de la mujer que amo en el momento más importante de nuestras vidas, es algo que no me voy a perdonar nunca, ni a mi, ni a él...

《Mi padre》

Flashback

— Espero y este asunto haya quedado zanjado — dijo mi padre acercándose nuevamente hacia donde estoy luego de atender su llamda. — Agarra un vuelo y larguense de aquí todos, los quiero fuera de mi ciudad. — maldito bastardo — Será lo mejor para todos. Piensa en tu hija. Ah, por cierto, felicidades dobles, hoy cumples 26 años, que orgullo ver a mi hijo varón crecer y  además, la hermosa Danna acaba de llegar a este mundo, regálale amaneceres a tu hija, la decisión está en tus manos.

A penas y las palabras salen de su boca una luz se ilumina en mi dentro de toda esta horrible oscuridad que descubrí. Mi Danna llegó a este mundo, la más grande prueba de mi amor y el de Anastasia hoy respira.

Estoy desconcertado mientras busco mi teléfono celular. Veo a mi padre marcharse en un auto mientras que sus hombres agarran el cadáver de Prieto, mi agente traidor. Llamo a Flavio, de una lo contesta.

—¿Dónde estas Dante? Tu hija nació. — habla apresurado.

— Luego te explico Flavio — estoy conteniendo las ganas de llorar. —¿Cómo está Anastasia? El parto se adelantó, ella...

— Se puso mal Dante, comenzó a preocuparse al ver que no venías. Estaba muy ansiosa y su fuente se rompió. Los doctores dicen que es normal que esto ocurra, es primeriza y el momento de dar a luz podía adelantarse.

Trato de asimilar toda la información. Voy caminando de prisa hacia el auto y entro en él poniéndolo en marcha.

— Pero, ¿ella está bien? Por favor dime que si. — Suplico.

— Los médicos dicen que su presión se subió un poco luego de que la niña naciera, no paraba de decir tu nombre. — enseguida me siento mal. Golpeo el volante con fuerza. — Pero no te preocupes, está bien, le aplicaron medicamentos. Ahora las chicas están con ella.

—¿La viste? ¿A Danna? — solo la mención de su nombre me ilusiona. Muero por ver a mi hija.

— Es hermosa Dante. Solo la vimos unos segundos antes de que la llevaran a la incubadora. Es muy pequeñita y tierna.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro mientras lágrimas comeinzan a brotar. ¡Soy padre! El simple hecho de pensar en ello me hace olvidar los sucesos vividos previamente con Darío y todo lo que acabo de descubrir.

— Voy en camino.

Son mis últimas palabras antes de pisar el acelerador e ir a toda prisa al hospital.

No doy tiempo a estacionar el auto por completo cuando bajo de él a toda prisa. Corro con todo de mi para llegar lo antes posible junto a mi chica. Las personas en el hospital me miran horrorizadas y no entiendo por qué, hasta que caigo en cuenta de como mi ropa y tal vez parte de mi rostro están manchados de sangre. No me importa, no deparo en ello, solo tengo un objetivo y se hace cada vez más posible cuando logro visualizar a mis amigos en la sala de espera. A penas me ven se ponen de pie y llegan a donde estoy, en sus caras veo preocupación cuando estudian mi aspecto.

En la paz de tus brazos Where stories live. Discover now