capítulo 10 Solo quería protegerte

360 37 5
                                    

Pov Dante.

— ¡¡¡AAAAAAAAAAAAHHHHH!!! — grito en frustración.

Necesito golpear, pelear, necesito sacar todo esto de una vez.

— ¡Dante cálmate! — me grita Óscar.

¿Qué me calme dice? Cómo diablos me voy a calmar sabiendo que el peligro que sufre mi familia ya es un secreto a voces, que la mujer que amo y prometí una vida donde la protegeré y no tendría más sufrimientos tiene que vivir con la pena de saber que su vida peligra y que estamos en constantes problemas. ¡Joder! Cuando pensé en casarme con Anastasia en mis planes nunca estuvo el temor de pensar que un día podría ser el último en que la viera. Ese miedo me quema y me hace un hombre que se puede quebrar y frágil, perderla no es ni será nunca una opción.

— Dante, tranquilo amigo. Quizás y es mejor que lo sepan, vivir en la ignorancia de lo que ocurre solo las hacía más vulnerables.

Puede que Mateo tenga la razón, pero, ¿no entienden que hemos arrastrado con nosotros el peso la de vida de unas chicas que tienen miles de sueños e ilusiones? Fui egoísta y no vi lo que gritaba la lógica. Por dejarme llevar por sentimientos hoy tengo un punto débil que estoy seguro que esos malditos no dudarán en usar en mi contra, mi familia.

— ¿Y ahora? — pregunto mientras miro a la nada y mi cuerpo hierve de furia.

— Ahora a seguir adelante. A seguir cuidando a nuestras chicas y hacer lo posible por acabar con este mal que nos persigue.

— Lo dices tan fácil Óscar. — río con ironía.

— Te equivocas. No es nada fácil y estoy conciente de ello pero, ¿tenemos otra opción? No Dante, no la hay.

No la hay, en eso tiene tanta razón. No hay más opción que vivir al acecho y con la duda de si existirá un mañana. ¿Podré garantizarle un futuro a mi hija? Esa pregunta ha sido la causante de un profundo dolor de cabeza en los últimos días. A veces despierto en la madrugada mientras Ana duerme y me acerco a la cuna donde ese pedacito de mi descansa sus palpados pequeño sobre su frágil y aterciopelada piel. Sonrío al pensármelo incapaz de haber creado algo tan perfecto como ella  y pienso, pienso mucho en cómo la vida de una ser tan diminuto supone un peso enorme cuando se que peligra por mi causa. Amo demasiado a mi Danna, nunca me he creído un hombre merecedor de las mejores cosas de la vida, pero, realmente creo que si fui bendecido con la llegada de Anastasia y el regalo de que hoy exista una pequeña niña que en unos años me dirá papá. ¿Lo hará? Siempre aparecen estos sentimientos de duda que me afligen pero tengo que saber esconder. Ahora que ella sabe la verdad, que todos lo saben, mi máscara debe de ser el doble de grande y tengo que hacer magia, si, porque de otro modo el miedo que me oprime será el evidente telón que Anastasia y el mundo verán desde el proscenio.

— Creo que deberías de hablar con ella cuando estés más calmado. Yo me encargaré de Daniela. — Óscar coloca su mano sobre mi hombro.

— Por las chicas no se preocupen, yo me haré cargo. — Mateo llega al otro lado.

— Gracias chicos.

— No agradezcas bro, estamos juntos en esto. En cuanto Flavio se recupere volveremos a ser nosotros contra el mundo,recuerda, somos un equipo. — me dice Mateo y sonríe.

— Flavio. — pronuncio su nombre y miro al horizonte.

— No Dante por favor. Oíste las palabras del doctor. Su recuperación es tan rápida como inesperada, realmente la bala no hizo tantos estragos como se creían, él estará bien, solo es cuestión de tiempo.

— Es tan joven. — miro al suelo.

— Tú también lo eres, y ¿com cuánto cargas? Desde niño has vivido con mucho sobre ti. Primero la necesidad de mostrarle a tu padre un valor que tenías pero él no quería ver, su desaprobación hacia tu vocación, la enfermedad de tu madre, el temor de que Daniela no sufriera el verla a ella sufrir, luego su muerte y tu salida temprana de casa emfrentandote solo al mundo. Amigo, eres un hombre de alma vieja porque has vivido todo lo que no debías desde muy temprana edad.

En la paz de tus brazos Where stories live. Discover now