capítulo 12: Proteger a los mios

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Todos reímos y hablamos a la vez, esto es un caos, el doctor intenta decir que no podemos estar todos al rededor y mucho menos con semejante escándalo porque podemos agobiarlo pero, Flavio solo mira de un lado a otro queriendo empaparse de toda la información posible. Su hermana está aquí, sus padres no, ellos se fueron a penas nos vieron llegar pero, eso no es un problema para mí, mientras mi prima tenga esa hermosa y radiante sonrisa en su rostro, para mi todo está bien.

— Tengo hambre. — habla Flavio, bajo y con algo de dificultad pero, habla.

— No se diga más. — Dani sale de la habitación del hospital sabrá Dios a donde.

Dante está alejado, mirando por la ventana con la mano en forma de puño pegada a sus labios. Está muy pensativo y ausente, me quiero acercar pero no lo hago, me abstengo.

— ¿Querubina? — la voz de Flavio nos hace sonreír con cierta ternura, mi prima llega de inmediato a su lado, agarra su mano. — Estás aquí. — llora.

— Siempre lo he estado mi amor. — Irina llora y se inclina a besarlo.

— Ok señores por favor, el paciente necesita tranquilidad y debemos realizar algunos exámenes importantes. — el doctor está algo molesto.

— ¡Flavio bienvenido a la vida bello durmiente!

— Gracias Araceli, también te extrañé. — todos ríen a la vez, Mateo la mira. — Y ustedes dos ¿ya andan o aún están mood Anastasia y Dante a sus inicios?

No solo Araceli se sintió algo incómoda con ese comentario, yo, ante la sola mención de Dante me siento rara, es que todo está raro.

— Oh Dios mío! Volvió más pendejo que antes. — dice mi amiga exclamando y exagerando sus gestos.

— Por favor, vamos fuera.

La voz demandante y seria de Dante nos hace detenernos ante el divertido momento.

— Gracias. — le habla el doctor por lo bajo.

— Bien amigo, nos vemos pronto. — Óscar aprieta su mano y le sonríe.

— Adiós cabeza de brócoli. — Mateo y su forma de mostrar cariño. — Vamos bocazas. — empuja ligeramente a Araceli para que camine fuera, esta se queja y amenaza con algo pero no presto atención.

— Hermanito, nos vemos en un rato. — su hermana besa su frente. — te amo odioso. — así sale y solo quedamos Irian, Dante, el doctor y yo.

— Bien, yo, estaré justo detrás de la puerta, cualquier cosa, gritas amor. — unen sus labios y Flavio coloca su mano en la nuca de mi prima profundizando el beso, el médico carraspea con la garganta y se separan.

— Salgamos. — la agarro de la mano y salimos con Dante por detrás.

En la sala de espera tenemos un caos armado, todos a nuestro alrededor nos observan como si estuviéramos locos. Dani llegó con una hamburguesa y una soda y Óscar le trata de explicar por qué Flavio en su condición no puede ingerir este tipo de alimentos, a veces se me olvida que se especializó en medicina legal, así que sabe algo del tema. Araceli y Mateo están en una esquina discutiendo pero Mateo ríe de algo que esta dijo y ella le da un manotazo en el hombro, sonrío.

Agarro mi teléfono llamo a Meibis, estoy súper apenada con ella, su horario de trabajo ya finalizó y por los acontecimientos tuve que pedirle unas horas extras. Me dice que todo está bien, acaba de dar de comer a la pequeña y saca sus gases, me siento tranquila y escuchar a través de la bocina el eructo de Danna me da la paz que necesitaba. Cuelgo y me acerco a Dante.

— Él está bien. — quiero acariciar su hombro pero, algo me hace retroceder.

— Prometí a tu prima que lo liberaría de esto. — habla mirando a la nada, con dolor y derrota en su voz. — Me prometí a mi mismo que lo protegería y nunca más le pasaría algo por mi culpa.

En la paz de tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora