Capítulo 34: feliz cumpleaños

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Pov Dante.

Las medidas de seguridad hay que reforzarlas, aún más. Ahora que Slovoquio está herido, sé que va a arremeter contra nosotros con más ímpetu. Hoy es el cumpleaños número 20 de Anastasia, no voy a ser yo quien la haga miserable el día en que cumple años. Dani y Araceli están decorando el depa con las cosas que compraron Óscar y Mateo, todo está sencillo pero de cierta manera se ve bonito. Ana no está aquí, desde que volvimos del hospital ayer en la noche no ha querido hablar con nadie, siento que está avergonzada y se siente culpable por lo que sucedió. He querido acercarme a ella pero Araceli me dice que lo mejor es darle su espacio, aunque ayer mi corazón se quebró mientras la escuchaba llorar detrás de la madera de pino de la puerta de la habitación. Esta mañana nos vimos pero no dijo nada, solo agachó la cabeza y fue a por el desayuno de nuestra hija.
Quisiera que todo fuera diferente, que ella tuviera una vida normal, celebrar su cumpleaños del modo en que quisiera pero, lamentablemente es un hecho que no puedo manejar.

- Ella estará bien. - la voz de Irina asegurándome me saca del trance en que me encontraba.

- Ya están aquí. - le sonrío refiriéndome que ella y Flavio ya vinieron a casa. Su barriga es enorme. Me recuerda a Anastasia cuando estaba embarazada de nuestra pequeña.

A veces quisiera volver a vivir la emoción de ver a la chica que amo con un bebé nuestro en su interior. Recuerdo sus antojos, extrañas manías, parecía una niña grande. 《Mi niña grande》

- ¿Y Flavio? - pregunto.

- Fue a por el pastel con Renata. - responde la rubia mientras intenta sentarse, la ayudo.

- ¿No deberías estar de reposo?

- No estoy echa de gelatina Dante. - me dice con burla.

- Ok, no está aquí quien habló. - imito un ciper con mis manos y mi boca y ella ríe.

Voy al despacho y me siento en la silla, busco en los cajones el regalo que compré para Ana. Siendo sincero no tenía ni la menor idea de qué podría regalarle, he estado algo ausente mentalmente y tuve que obligarme a alejar los problemas al menos por un momento y pensar en mi chica. Compré un álbum para fotos. Quizás no sea el mejor regalo, o el más costoso o lo que merece, pero, en él guardaremos miles de recuerdos. Cuando pensé en este como obsequio, me di cuenta que quería llenarlo, que debía conseguir eso. Me propuse que, pase lo que pase, lucharé hasta el final para que ese álbum tenga imágenes de nosotros, de nuestra pequeña familia.

El pastel ya está aquí, es sencillo pero hermoso, color blanco con detalles de mariposas en doradas, algo delicado, como es ella. Irina juega con Danna, quien toca la barriga de la rubia con una sonrisa en la cara. Estamos todos menos Araceli, quien está con Ana en su habitación preparándose. No haremos una súper fiesta, pero, no dejaremos pasar por alto un día tan especial para ella, y más aún en las condiciones en que estamos, siento que necesita despejar su mente aunque sea por unas horas. Cuando baja mis amigos comienzan a silbar. Yo me quedo anonadado ante la belleza de esta chica.

- Cierra la boca, podría entrarte una mosca. - La voz de Daria me hace reaccionar.

Anastasia trae un hermoso vestido blanco con un modelo muy parecido al que usaban las diosas griegas, con cintas y accesorios dorados, por eso insistían en que el pastel tenía que ser en esos tonos. Su pierna izquierda está casi completa al descubierto y el escote del vestido llega casi a su ombligo. Ella sonríe cuando Flavio llega al pie de escalera y le extiende la mano con una reverencia. Me encanta verla reír, aunque su sonrisa no es como la de la chica que volvió a brillar hace un año atrás.

En general todas las chicas traen lindos vestidos, al contrario de los chicos que apenas traemos chándal y jeans, y Daria también usa jeans, pero bueno, teniendo en cuenta que ella no estaba de acuerdo con esta celebración, obvio no se iba a esmerar en su vestuario.
Los ojos de Anastasia conectan con los míos y yo le sonrío, no puedo no hacerlo, no cuando mi corazón está tan agitado como si fuera la primera vez que nos vemos.

En la paz de tus brazos Where stories live. Discover now