Capítulo 30: Si te amo.

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Pov Anastasia.

Riven intenta hacer cualquier cosa por mi, todo con el fin de distraerme, pero aunque por fuera finjo que tiene éxito con su misión, por dentro estoy quebrada y solo quiero hacerme una bola y llorar. Las palabras de Dante dan vueltas una y otra vez en mi cabeza.

<<Hay personas que merecen su propia miseria.>>

¿Por qué me dijo algo así? Él no lo sabe pero, la chica que soy hoy es gracias a él. Aihnoa renació en Anastasia pero con una fuerza superior, con un amor propio que conseguí como producto del modo en que sus ojos me miraban, la valentía que me dio saber que había alguien dispuesto a morir por mi y entendí que yo también estaría dispuesta a morir por él. Sonrío hasta de las cosas tontas que hacía, el semblante sombrío había abandonado mi rostro desde el momento en que ese chico me amó, entonces ¿por qué querer destruir todo lo que él hizo en mi? No lo entiendo, y peor aún, no me entiendo a mi, porque por más que quiera, no puedo odiarlo.

— Anastasia. — Riven me hace señas para volver a la realidad. — ¿Está todo bien?

Lo miro en silencio, por unos segundos hasta que, me pongo de pie y me retiro. ¿Que si está todo bien? No, nada está bien.

Los chicos están en el balcón del depa, beben vino y hablan animados, como hacía tiempo no los veía. Araceli está al lado de Mateo y este sostiene su mano. Escuchan las historias de Flavio de todos estos meses de recuperación, Irina interviene de vez en cuando añadiendo detalles. Sus amigos lo miran con admiración y sinceramente, Flavio es un guerrero y está aquí de vuelta para ayudar a las personas que quiere, aún cuando podía seguir en paz junto a su novia y futura hija, eso habla mucho de él.

El ruido de la puerta al ser cerrada nos hace a todos mirar. Veo a Riven acercarse así que eso quiere decir que el que salió fue Dante. Todos me miran y no me gustan las miradas que me dan.

— No me vean así. No pasa nada. — hablo enseguida. — Iré a dormir con mi niña.

Me retiro con las lágrimas luchando por salir. A penas entro a la habitación me lanzo a la cama y lloro como una niña pequeña. Obvio me duele que me trate así, que sea indiferente ante mi presencia cuando yo lo único que quiero es lanzar sobre él y llenarlo de besos, que hagamos el amor, que me diga que me ama. Pero parece que él quiere absolutamente lo contrario. Sin darme cuenta, me quedo dormida y no despierto hasta el día siguiente, cuando Dani viene a informar que nos iremos al depa de los chicos porque ahí estaríamos más seguras. Estoy haciendo mis maletas aunque no hay mucho que llevar. Tocan a la puerta y pido que pase, es Riven, me sonríe y le devuelvo el gesto. Entra y luego de un silencio, me habla.

- Creo que, yo llego hasta aquí. - me dice con las manos en sus bolsillos. Suspiro y me pongo de pie.

Me acerco a él y lo abrazo, se sorprende pero rápidamente me envuelve en sus brazos. Tengo ganas de llorar, siento que estoy tan falta de afecto que podría estar confundiendo las cosas.

- Gracias por todo Riven. - susurro.

- Lo hice de corazón, ya te dije. - acaricia mi cabello.

- Pero aún así, no te imaginas lo que has hecho por mi.

- Buscarte problemas con tu novio. - dice con ironía, y río.

- Esos me los busqué yo solita, no te preocupes.

- Sabes que, puedes contar conmigo siempre ¿cierto? Siempre que necesites salir corriendo solo tienes que llamarme. - medio ríe.

- Eres mi salvavidas ojos verdes. - le doy una palmada en el hombro, se ríe.

En la paz de tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora