capítulo 46: mi lugar seguro.

210 18 2
                                    

Pov Dante.

Lo miro a los ojos preguntándome como el hombre con en que crecí toda mi vida llegó a parar a esto. Mi padre siempre fue una persona inteligente y ágil, no logro comprender cómo se dejó envolver en un mundo donde no tienes garantía de libertad o de vida. Tratar con la mafia es una condena segura, nunca podrás salir de ese mundo sin consecuencias o secuelas, y aquí está él, en la cama de un hospital monitoreado por máquinas. Sus ojos estas muy abiertos, siento que algo me quiere decir pero necesita más del oxígeno que le proveen los equipos para su vida, así que me decido a hablar yo.

— No estoy aquí para reprochar nada. — es lo primero que digo. — Cuando somos adultos a veces no siempre tomamos las mejores decisiones porque lamentablemente no venimos con un manual a la vida donde nos enseñen lo políticamente correcto. — me acerco más a él — Pero es injustificable pensar en que un hombre de familia, con una buena fortuna, con la suerte que muchos otros hubieran deseado, haya escogido el camino equivocado.

No sé por qué siento una pequeña pena en mi pecho, estoy hablando pero también me estoy reclamando internamente por no haber notado a tiempo toda esta situación, quizás no hubiera logrado nada, pero, tal vez, si, y esa es una duda que siempre que perseguirá por el resto de mis días.

— los humanos erramos, pero pienso que puede ser producto de la inexperiencia o por necedad, pero, ¿por manipulación? Es que, es la única explicación que encuentro para que hayas echado a perder tu vida de esta manera Darío. Sé mi bien el nivel de convencimiento que tiene Enrique, puede lograr de ti lo que quiera, lo hizo conmigo apoyándome supuestamente a lograr mis sueños de la infancia, pero en el fondo su buena acción tenía un propósito, solo que no contaba con que yo fuera tan diferente a ti. Es algo que agradezco ¿sabes? Tener valores y honor a mis ideales me ha hecho ser el hombre que hoy soy.

Su dedo se mueve, lo observo, sé que quiere decir algo. De su ojo izquierdo con el que me mira sale una lágrima. Está viendo el estado en el que se encuentra su propio hijo, golpeado, magullado, y todo por la mafia a la que un día ayudó y estaba proveyendo de ganancias.

— No creí que diría esto pero realmente lo siento por ti, eres mi padre y obviamente aunque me tocaba poner el peso de la ley sobre ti, jamás desearía tu mal físico o tu muerte. Te prometo que me voy a encargar personalmente de que los años que te esperan en la cárcel sea en una de máxima seguridad, es lo único que está en mis manos ahora.

Me decido a irme de aquí, ver al hombre fuerte y altanero con el que crecí, lanzado en una cama luchando por su vida, no me hace sentir bien. Cuando estoy llegando a la puerta Darío hace un ruido con su garganta para verlo, mi mira y con dificultad levanta el dedo pulgar de su mano izquierda en señal de aprobación. Me siento mal ahora, una extraña mezcla de emociones y sensaciones de avivan en mi. La única vez en mi vida que mi padre me hizo un gesto de aprobación fue cuando tuve mi primer novia a los 13 años porque eso le dio la respuesta que siempre buscaba, que su hijo no era gay. Dio unas palmadas en mi hombro y me dijo: "bien hecho campeón", con su dedo pulgar en alto. Nunca más vi orgullo en su mirada ni tuve un gesto como este de su parte, verlo ahora remueve muchas cosas en mi.

— Buena suerte papá.

Fueron mis últimas palabras antes de salir de esa habitación y poner fin a un ciclo que necesitaba ser cerrado.

Voy camino a casa, los padres de Anastasia vendrán a cenar esta noche y necesito que todo esté perfecto. Flavio se hará cargo de la cena, ahora que la rubia vive con nosotros todo es una locura, pero acepto también que la Irina que conocí hace más de un año atrás ha dado un cambio notable, es más madura y centrada, pasó de odiar a los niños a pasar horas con mi hija haciendo historias infantiles que la hacen reír y siendo una madre amorosa. Estoy planificando además todo para el viaje a Tokio, tengo una enorme sorpresa para Anastasia y todo debe salir perfecto. Cuando el taxi me deja en casa camino con fmdificiltad hacia el ascensor pero una voz me hace detenerme.

En la paz de tus brazos Where stories live. Discover now