capítulo 23: Mateo

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Pov Dante.

Mi pulso está acelerado, quiero mostrar una postura tranquila y confiada, pero, el temor de que todo salga mal o que sea demasiado tarde me perturba. Vamos llegando al lugar, en silencio, dejaremos los vehículos a unos metros de distancia del sitio, pero una distancia prudente en caso de que haya que realizar una salida de emergencia. Acaricio mi arma mientras repaso una y otra vez el plan trazado en mi mente. Miro en dirección a Óscar cuando coloca su mano en mi hombro, sonríe para tranquilizarme pero, lo conozco, sé que está igual o peor que yo, él y Mateo eran los más apegados.

— Agente Pires, estamos a 2 minutos del lugar. — anuncia el oficial que va al volante.

— ¡Todos preparados! — demando.

— Todo saldrá bien Dante. — Daria me anima, solo le sonrío, vuelvo mi atención al frente.

Hay demasiada vegetación en el lugar, lo que puede suponer un elemento a favor para camuflajearnos de los enemigos, pero, también algo que juega en nuestra contra para movernos con agilidad y guiarnos. Me dan la señal de que todo el sitio está rodeado. Los agentes especializados se escabullen al rededor de los almacenes. Hay vigilancia, hombres rodean la que parece la entrada principal con ametralladoras en las manos.
Colocamos silenciadores en las armas, unos entregan unos cascos de seguridad. Ajusto mi chaleco antibalas y me reúno con los gemelos Thriller mientras vigilan por los binoculares, son los encargados de dirigir la misión ya que los agentes que nos acompañan están bajo su mando.

— No será tan fácil como pensábamos Dante. — Renata se acerca a mi. — Hay mucha seguridad, tendremos que ser muy cautelosos para movernos y no noten nuestra presencia, pueden ponernos en evidencia y ahí si se lía todo.

— Somos más que ellos. — le digo.

— Aparentemente si, pero no sabemos lo que nos espera ahí dentro.

Tiene razón. Estamos estudiando la zona y solo hay 8 hombres encargados de la seguridad exterior, pero, no sabemos lo que vamos a encontrar dentro.

— Recuerden, solo los dormimos. Si podemos evitar muertes innecesarias sería lo mejor. — Ruben nos recuerda a los principales agentes que estamos todos reunidos agachados entre la vegetación. — Esos hombres pueden ser de gran a ayuda para la investigación si podemos sacar información.

Óscar llega corriendo agachado, se acerca.

— Ya todo está listo. Tres de los seguridades están fuera de juego.

— Nos quedan cinco. — agrego.

— Bien, comenzamos, todos saben lo que hay que hacer.

Esa es la señal. Rubén pide que avancemos y comenzar la maniobra. Óscar, Daria, Ruben y yo vamos directo al objetivo principal, entrar al local. Nos escondemos treas unas plantas frondosas mientras los agentes encargados nos limpian el camino, hay dos hombres en la entrada principal. Rubén y yo nos miramos y procedemos. Nos separamos para atacar por detrás de los hombres. Con sutileza y agilidad corremos y nos escabullimos, cuando estamos cerca del objetivo uno de los hombres ve a Rubén y pone en sobreabiso a su compañero, procedo a disparar con el silenciador a uno de ellos y Rubén logra neutralizar al otro antes de que puiera ocasionar un disparo o alarmar a los demás. Un agente llega a llevar el cuerpo inconsciente del vigilante que Rubén pudo dormir con el formol, mientras el cadáver del otro es escondido. Dos de nuestros hombres toman el lugar de esos vigilantes vestidos de civil cubren la mitad de su rostro con pañuelos y sombreros. Entramos. Somos bien cautelosos, atentos en todo momento.

Daria y Óscar van delante abriéndonos el camino y despejando cualquier peligro. Ya dos hombres han tenido que ser aniquilados. Hay mucha vigilancia, evidentemente estamos ante profesionales.
Ruben y yo podemos avanzar. Se escuchan quejas y gemidos de dolor, es Mateo, estamos cerca.

En la paz de tus brazos Where stories live. Discover now