Capítulo 6: Esperanza

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Pov Anastasia

Observo a mi prima quien solo sabe mirar a través de la ventanilla del auto y descansa su mano sobre su pequeñito vientre. Sonríe ante sus pensamientos que justo ahora daría un dólar por conocerlos.

《Reaccionó positivamente.》

Fueron las palabras del doctor que nos dio un aliento de esperanza y a mi prima un alivio que se puede palpar en el aire que la envuelve. Flavio intentó reaccionar pero fue una respuesta demasiado rápido para su cerebro, por ello comenzó a convulsionar, pero, lo estabilizaron y sus ojos se abrieron. Está en un estado de paz donde solo observa a su alrededor y sus emociones comienzan a ser retomadas, mientras veía a sus amigos y a su querubina. Morimos de alegría cuando supimos que el coma ya no era una opción, ahora solo resta esperar el progreso que va teniendo según el paso del tiempo. El doctor recomendó visitas frecuentes, objetos que le recuerden que tiene un hogar, amigos y vivencias. Comenzarán a realizar una serie de exámenes para conocer el grado de los daños que sufrió su cerebro, el médico fue claro y sincero, las secuelas pueden ser parte del proceso, aún se desconocen cuáles serán pero, no debemos engañarnos, puede que Flavio no vuelva a ser el de antes por completo, y ese es un temor patente que opaca la felicidad del momento.

— Sus padres llegan en dos días. — habla Mateo. — No consiguieron un vuelo antes, nos ofrecimos a ayudar con los gastos pero no aceptaron.

— Si, hablé con su hermana. — añade Dante quien acaricia mi hombro mientras voy recostada en su costado. — Ella también vendrá, está muy afectada.

— No es para menos, su hermano casi muere. — añade Araceli, Mateo la observa y esta le regala una tímida sonrisa.

— Óscar escribió, Dani y Danna están en una alegre fiesta de te y leche. — reímos un poco de las palabras de Dante.

— Tu hermana es una gran niñera. — le susurro.

— Aún me asusta un poco, Dani está medio loca.

Me río de él y su manía de llamar así a su hermana, aunque lo entiendo, tengo una prima hermosa que a pesar de que hoy su sonrisa esté bajo una sombra de dolor y preocupación, es la más loca pero amorosa persona que conozco.

Llegamos a casa y voy directo a mi habitación, Dani le hace monerías a la pequeña Danna mientras Óscar la observa con tal ternura que es inevitable no sonreír ante la escena.

— Ay, llegó mamá. — le dice su tía con una sonrisa.

—¿Dónde está la princesa de mamá? — tomo a mi bebé en brazos y ella me regala un eructo con un fuerte olor a leche. — Uy no, Danna eso no se hace bebé. — los chicos se ríen.

— Tiene que hacerlo Ana, luego del enorme biberón de leche que tomó no se esperaba menos de ella. — me dice Óscar riendo.

— ¿Sacaste sus gaces? — le pregunto ahora seria a Dani.

— Obvio, tranquila. — le sonrío. — También cambié su pamper. — hace un gesto de asco.

— Bienvenida al mundo de las madres mi querida Dani. — le digo riendo.

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— ¿Crees que deba llevarle uno de mis camisones a Flavio? — Irina está demasiado emocionada con la visita de mañana.

— Irina, creo que no debe de haber problema en ello. — le digo realmente.

— Es que, tiene mi olor, y quiero que él me sienta cerca. — dice con una sonrisa ensoñadora.

En la paz de tus brazos Where stories live. Discover now