14. Ladrón de Ropa

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Armó su maleta, tomó a Nut y volvió a casa de sus padres después de tanto tiempo. Se sintió muy bien al regresar a sus raíces, estar en su vieja habitación, en la casa que lo vio crecer. Esos días de reposo le vinieron tan bien que muy pronto se sintió renovado.

Estaba tan en paz y feliz, que no podía evitar compartir en sus redes sociales cada cosa que hacía o se le ocurría. Desde el árbol de cerezos junto a su ventana, hasta el cielo nublado de invierno.

Yibo veía esas actualizaciones y se llenaba de dicha al verlo así. Su Ge Ge al fin tenía algo de la paz que se merecía. Sin embargo, cada vez que veía las fotos de Zhan Zhan era imposible que no pensara en la propuesta que le habían hecho los señores Xiao.

—Yibo, cariño. ¿Por qué no vienes a pasar unos días con nosotros? Eres bienvenido a nuestro hogar —le había dicho ella amablemente.

El aludido se quedó congelado en su sitio cuando la señora Xiao lo llamó de esa forma, más aún con lo que le dijo. ¿Le estaba abriendo las puertas de su casa?

Tardó en reaccionar, y si lo hizo fue solo porque escuchó la risa de Xiao Zhan junto a él.

—Mamá, no lo presiones así.

—No lo estoy presionando. Es tu amigo. ¿No quieres que venga a casa unos días? Podrías mostrarle la ciudad, hay tantas cosas que podrían hacer.

Xiao Zhan sonrió.

—No es mala idea —apoyó su codo sobre el hombro de Yibo—. ¿Tú qué opinas? —subió y bajó las cejas varias veces.

—Yo… —se quedó con la boca un poco abierta—… sí, sí quiero —fue lo primero que vino a su mente, era lo que en verdad deseaba—. Pero no puedo —su corazón se contrajo. Tenía muchos compromisos por cumplir si es que quería pasar unos días a solas con Xiao Zhan en esas vacaciones que habían planeado desde hace tiempo.

Tenía que ser paciente.

Y lo estaba logrando. Ahora se encontraba preparándose para un evento mientras veía las fotos de un feliz Xiao Zhan en casa.

¡Cómo deseaba estar a su lado! Deseaba poder salir en esas fotos con él sin ser juzgado o llenado de falsas acusaciones. Aunque ahora que lo pensaba mejor… esas fans que los acusaban de sentir algo por el otro no estaban tan equivocadas, o al menos no en cuanto a sus sentimientos hacia Xiao Zhan.

Ya no sé ni lo que estoy pensando —se regañó mentalmente, dándose palmaditas en las mejillas para reaccionar.

Decidió no entristecer, y mejor se concentró en terminar su trabajo. Su mayor motivación era esa semana entera que pasaría con él. Eso le daba las fuerzas necesarias para cumplir al pie de la letra con todos sus compromisos. Porque eso sí, habían acordado que sería una semana completa de vacaciones.

Yibo se sentó en el sofá con mucha pereza, estaba cansado. Tomó su celular, entró al chat de Xiao Zhan y comenzó a escribir:

—“Zhan Ge, te extraño…”

Observó la pantalla por largos minutos antes de borrar todo de un tirón. Aún se sentía un poco acomplejado por el hecho de ser menor que su Ge Ge. Odiaba que lo viera como un niño, por eso le preguntó aquella noche cómo lo veía en realidad. Pero era inevitable, Xiao Zhan seguía viéndolo como un chiquillo, sin importar lo que hiciera.

No dejaba de pensar día y noche en alguna forma de lograr que dejara de verlo así.

Iba a dejar su teléfono de lado, pero en ese instante recibió un mensaje.

¡Un mensaje de Xiao Zhan!

—Bo Di, te extraño. Hubieras venido.

Esa simple oración provocó una felicidad inmensa en Wang Yibo. Pensó que su emoción no podría aumentar, pero estaba muy equivocado. Se dio cuenta de ello cuando Xiao Zhan le mandó una foto. Era de él, estaba sentado al volante en el auto, recargado contra el respaldo y con una tierna carita de puchero y flojera.

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