49. Chongqing

1.2K 88 24
                                    


Cuando Xiao Zhan los llamó para decirles que iría a pasar unos días con ellos, se emocionaron mucho, pero cuando les dijo que llevaría a Yibo... la emoción aumentó tanto que su madre dijo que comenzaría a acoplar la recámara de invitados.

En ese momento Xiao Zhan y Wang Yibo cayeron en cuenta de algo muy importante.

—Rayos... —murmuró Xiao Zhan luego de la llamada, pensando en lo que había dicho su madre. Y es que era obvio, no iban a dormir en la misma cama estando en casa de sus padres, ni siquiera en el mismo cuarto habiendo varias habitaciones disponibles.

—Son solo unos días sin sexo a cambio de ir a conocer tu hogar y pasar tiempo con tus padres. Lo vale por completo.

—¿Estás seguro?

—Sí.

—¿Seguro?

—¡Que sí!

—No te creo —rio—. En un par de días estaremos buscando la manera de tener sexo —se incluyó, pues se conocía bien a sí mismo.

Yibo tragó en seco, tenía toda la razón, pero no quería verse tan loco admitiéndolo.

—Entonces tendremos que saciarnos bien antes de viajar.

—¿Qué estás sugiriendo, Wang Yibo? —fingió escandalizarse.

—Te extraño —murmuró en voz baja, invadiendo su espacio personal y aspirando su delicioso aroma en el cuello.

A partir de la consulta con el médico no habían tenido relaciones, y no porque Xiao Zhan se lo negara, sino porque respetaba su espacio y lo conocía lo suficiente como para saber que en ese estado Yibo no tendría ganas de hacer nada de eso. Pero ya habían pasado varios días y se necesitaban el uno al otro.

—No haremos la hélice ni nada parecido.

Yibo no pudo aguantar su risa al escucharlo decir aquello.

—No, no lo haremos —se abochornó un poco al recordarlo—. Pero quiero hacerte el amor —deslizó su nariz a lo largo del cuello de Xiao Zhan, rozándolo con cariño. El mayor suspiró al sentir su respiración sobre la piel, seguida de varios besos suaves y cálidos.

—¿Estarás bien? —era la primera vez que le preguntaba eso antes de alguna actividad física. Yibo se sintió un poco incómodo.

—Puedo hacerlo —aseguró. Lo tomó con suavidad de la cintura y lo pegó a su cuerpo, mirándolo muy de cerca en la espera de su aprobación. Sonrió cuando Xiao Zhan posó las manos en su trasero y lo atrajo a un beso.

Entre besos y caricias se fueron acercando a su habitación hasta llegar a la cama. Se desvistieron con calma, prenda por prenda y acariciando su piel al hacerlo.

Yibo se acomodó encima de su novio y tomó sus piernas para anclárselas a la cintura. Acarició sus pantorrillas y sus muslos hasta llegar a sus caderas. Quería acariciar cada rincón de su cuerpo, quería amarlo y hacerlo suspirar entre besos y caricias como en aquel último encuentro en Aspen. Quería sacarle esos tiernos gemidos cargados de pasión. No tardó mucho en lograrlo, bastó con deslizar un par de dedos a lo largo de su miembro, estimulándolo muy sutilmente al mismo tiempo que besaba y mordisqueaba su cuello.

—Me gustas tanto —suspiró—. Me gustas demasiado —lo apretó fuertemente contra él. Jamás tendría suficiente de Xiao Zhan.

—Te amo —le respondió en un suspiro al mismo tiempo que arqueaba un poco su espalda ante las atenciones recibidas.

Amaba cómo lograba hacerlo sentir tan consentido, amado y tan sexy al mismo tiempo.

Fue un encuentro diferente a los demás. Hicieron el amor despacio, disfrutando de cada segundo mientras memorizaban el cuerpo del otro con cada caricia.

NosotrosWhere stories live. Discover now