Capítulo 25

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"Time we lost, that's all my fault"

Aaron García 

Ha pasado una semana desde el cuatro de julio. Una semana desde que Miqueas dijo que le gustaba. Y una semana desde que me agarro una crisis y le grite a mi papá. 

Me siento menos tenso, o al menos así lo estoy cuando converso con mi padre. Y creo que ya no me encuentro triste, si es que le ponemos un nombre a la emoción que mantuve por varias semanas. 

Lo que aún me inquieta es Miqueas, no hemos hablado desde ese día, imagino que me habrá dado mi espacio porque es considerado, más que considerado diría yo ya que ese espacio me creó culpa. 

Es que... desperdicie tanto tiempo siendo un idiota con él por un estupido malentendido. Si tan solo hubiese hablado, le hubiese dicho lo que vi... las cosas hubieran sido diferentes. Y siento culpa por no saber si termine de arruinar las cosas.

Lo último dicho me aterra, me aterra tanto como ver a los ojos al rubio. 

¿Le seguiré gustando?

¿Cómo continuaran las cosas? 

¿Seguimos siendo amigos? 

—Aaron deja de jugar con el cereal —me regaña la abuela sacándome de mis pensamientos.

Me levanto viendo como los últimos cereales blandos flotan en lo poco que queda de leche y dejo el bol en el fregadero para lavarlo. 

—¿Aún no has hablado con Miqueas? 

La pregunta despierta a mis nervios tensandome y ella de seguro lo nota. 

—Deberías de hacerlo niño. 

Dejo el bol sobre el secador de platos y sacudo mis manos.

—Lo sé. 

Fuerzo una mueca dirigiéndome a las escaleras. Mi celular suena y veo la pantalla para ver que Hannah me está llamando. 

¡Aaron! ¿Qué tal? ¿Qué hacías?

—Hola Han... no mucho, ¿tú? 

—Pues como siempre aburrida y vi en Internet que a una hora de aquí tenemos un parque acuático, podríamos ir en autobús, ¿qué opinas? ¿Te apuntas?    

Esta semana no nos hemos visto con el resto de chicos por diversos motivos, supongo que estábamos esperando al fin de semana. 

—Eh... claro, sí, ¿por qué no? 

¿Quizás porque estará Miqueas? 

¡Genial! ... ¡Luka deja de patearme... basta...! —escucho un gran quejido ahogado—, listo. Lo siento, creo que lo deje sin hijos por la patada que le acabo de dar, pero me dejó sin paciencia... en fin, nos vemos en un rato, avisa en el grupo cualquier cosa ¡bye! 

—Bye... 

Corta la llamada y subo las escaleras para preparar las cosas que necesito. 

No tengo idea de como se le ocurren tantas ideas a esta chica, pero no busco quejarme, imagino que si no fuera por sus ocurrencias haríamos lo mismo todos los días. 

Cuando mi celular suena nuevamente pienso que es Hannah, pero sonrío al ver que es una vídeo-llamada de Soff. Usualmente solemos llamarnos a la hora de alistarnos para salir con los demás. 

Holaa —saluda con una vincha de orejas de conejo que utiliza para apartar el cabello de su cara. De fondo se muestra que va saliendo de su baño. 

Norte & SurWhere stories live. Discover now