Capítulo 35

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Aaron García

—¡Feliz cumpleaños Aaron!

El grito logra despertarme perfectamente, pero se ve que el rubio quería que su método funcione al cien porcierto, ya que se deja caer sobre mi cuerpo. 

—¡Ya eres legal! ¡Oficialmente eres mi sugar daddy!

Creo que quiere comprobar si estoy sordo. Gran método

—Buen día para ti también... —murmuro tratando de abrir adecuadamente los ojos. 

—Obvio que es un buen día, los diez de mayo son los mejores días, o sea, naciste tú. 

Me muero un poco por su ternura, así que lo rodeo con mis brazos, descanso mi mejilla sobre la suavidad de su cabello y gozo un instante del silencio sin desaparecer mi sonrisa cerrada. 

—No te duermas Aaron —abro devuelta los ojos despabilandome y él se acomoda a mi lado—, van a ser la once y sé que querrás desayunar: tomar tu té con tus tostadas y fruta... eres muy fitness para mi gusto —veo como me mira de arriba abajo con desagrado, sacándome una risa nasal—, pero el futbolista se tiene que cuidar... así que —se pone de pie— es hora de levantarse para cuidar la dieta... 

Lo miro unos segundos con la sonrisa sin decir nada. 

—Casi olvido lo callado que eres al despertar —bufa hundiendo los hombros. 

Gracias al gesto, me detengo en observar su conjunto de ropa. 

Casi olvido lo atractivo que eres. 

—¿Y si prefiero seguir durmiendo? —Pregunto antes de comenzar a estirarme. 

—¡No puedes, tienes que levantarte! Desayunaré contigo al igual que tu familia, ya lo hemos organizado. —Deja su mochila sobre la silla del escritorio y cuelga su abrigo en esta misma. 

—Pero es mi cumpleaños Mik. 

—Ya lo sé, pero puedes desayunar y luego sigues durmiendo... hasta puedo subir contigo y... ya sabes... —sube y baja sus cejas varias veces con su sonrisa depravada. 

—¿Y me darás mi regalo?  

—Sí... —asiente lentamente—, te daré un gran regalo... —mira mi entrepierna y se relame los labios. 

—¡Mik! 

—¡¿Qué?! ¡Tú preguntaste! 

Comienzo a reír y alzo mis brazos para que regrese conmigo. 

—Hubiese sido más fácil si me traías el desayuno a la cama como yo hice contigo. —Digo, usando su torso de almohada. 

—Yo no copio a nadie, que conste que soy totalmente original —responde con expresión decidida. 

—Tu originalidad interrumpió mis horas de sueño... deberías de saber que yo vivo para dormir —dije con recelo para que él me mire ofendido. 

—¡Encima que soy un romántico y vengo aquí para desayunar contigo! Esto es indignante, no me valoras Aaron, sí ya no me amas solo dilo. 

Río colocándome sobre su torso y así usarlo de cama. 

—Eres dramático David. 

—Y tú eres un mal novio Bruno. 

—Cada uno con lo suyo, hay que respetarnos. —Él asiente convencido. 

Siento como una de sus manos empieza a acariciar mi cabello y la otra se adentra bajo mi camiseta para esparcir caricias en mi espalda baja. 

—Sí me acaricias así, será inevitable que me duerma —murmuro adormilado y relajado. 

Norte & SurWhere stories live. Discover now