∞ C h a p t e r 17 ∞

77 8 0
                                        

Taehyung


—¿Qué es esto?

Los ojos de Yoongi estaban fijos en Byeol que le ladraba efusivamente.
Suspiré y tomé al perro entre mis brazos recordándome que ya sabía que tarde o temprano debía enfrentarme a eso.

—Un perro—hablé tranquilamente y noté la mirada molesta de mi hermano sobre mí.

—Eso es obvio que lo sé—masculló. —¿Qué está haciendo aquí?

—Es mío.

—¿Tuyo?—preguntó confundido.

—Sí.

—¿Qué? Pero...ah, es tarde—se frotó el rostro. —Hablaremos después, cuando regrese.

Caminó rápidamente desde la puerta principal hasta la habitación. Lo ví buscar desesperadamente ropa para cambiarse y tomé un poco de aire antes de atreverme a hablar.

—Iré—dije en voz baja.

Sus movimientos se detuvieron y corrió a mi lado otra vez.

—¿Qué?

—Voy a ir contigo, Yoongi—repetí sin poder creer lo que decía.

La sonrisa de Yoongi apareció y me envolvió en sus brazos sin importarle que aún sostenía a Byeol.

—¡Eso es grandioso, Tae! Muchas gracias, este es un gran paso.

Asentí sin darle importancia y me separé de él para empezar a prepararme mientras él continuaba viéndome fascinado.

Dos horas después estábamos en el tren hacia Busan y solo entonces me di cuenta del peso de mis acciones. Yoongi estaba tan feliz y yo repentinamente estaba tan nervioso.

—Tranquilo—me dijo apretando ligeramente mi hombro—, sé que es difícil para ti, pero recuerda que estoy contigo—sonrió. —Mientras estemos juntos todo estará bien.

Me aferré más a mi mochila queriendo creerle.
Todo estaría bien.

Tras un viaje exhaustivo y aburrido, llegamos a nuestra ciudad natal.
Una mezcla de emociones me asaltaron de inmediato al saber que desde que todo había sucedido años atrás no había vuelto.
Millones de recuerdos de mi infancia y de los escasos momentos felices que viví se agolparon en mi cabeza y fue como si hubiera recibido un fuerte y horrible golpe. Mis ojos se aguaron al sentir el aire tan familiar y desconocido a la vez.
Todo era tan doloroso que quería regresar de inmediato.

—Está bien—la voz de Yoongi me hizo reaccionar—, puedes hacerlo. Vamos.

Tomó mi mano y empezamos a caminar por las calles que alguna vez recorrimos juntos, tal como ese día.
No pude ser consciente del paso del tiempo, pero cuando me di cuenta habíamos llegado ya al campo donde mi madre había sido enterrada.
Ví el lugar exacto y fue como si mi corazón se detuviera de pronto.

Yoongi soltó mi mano y se inclinó de inmediato haciendo múltiples reverencias mientras que yo estúpidamente me quedé petrificado.
Con la respiración agitada y las lágrimas brotando de mis ojos sin control, me dejé caer a la tierra recordando detalladamente ese día.
Los brazos de mi hermano me rodearon al segundo siguiente y me susurró algunas cosas que no fui capaz de escuchar en mi estado.
Lloré porque aún dolía, porque aún me sentía miserable y porque solo quería volver el tiempo atrás para librar a todos de ese cruel destino.

No pude hacer más que llorar durante todo el tiempo que estuvimos allí. Sabía que debía hacer los ritos, ayudar a Yoongi y quizá intentar hablar con mi mamá, pero no pude.
Mi hermano se encargó de todo mientras yo no podía parar mi llanto.

—Bien, está bien, lo importante es que te atreviste a venir—se agachó para verme mejor dándome una sonrisa tranquila. —No te preocupes, Taehyung, ella sabe lo que significa verte aquí.

No pude pronunciar palabra después de estar frente a mi madre. Tomamos el tren de regreso cuando la tarde estaba cayendo y mis pensamientos continuaban yendo a lo mismo.

Para cuando llegamos a la ciudad era ya muy tarde. La noche estaba presente y muy pocas personas aún rondaban por las calles.
Yoongi y yo viajamos en taxi deseando llegar pronto a casa para poder descansar tras el viaje.

Yo me sentía cansado y no estaba prestando atención a mi alrededor, sin embargo, pude fijarme en algo que captó mi atención.
Era Chaeyoung.
La vi en una parada de autobús y a pesar de que estábamos todavía un poco lejos de donde estaba, yo estaba convencido de que era ella.

—Yoongi, detengámonos en esa parada de autobús—las palabras salieron de mi boca sin pensar.

—¿Qué? ¿Por qué?—él lucía evidentemente confundido.

—Hay alguien que conozco.

—Pero–

—Señor—le hablé al chófer evitando los cuestionamientos de Yoongi—, por favor, deténgase en la parada de autobús.

El hombre asintió sin decirme nada y detuvo el vehículo justo frente a ella.
Bajé el vidrio de la ventanilla de inmediato y asomé mi cabeza para hablarle.

—¿Chaeyoung?

Sus ojos se abrieron con sorpresa.

—¿Kim Taehyung?

Medio sonreí.

—¿Qué estás haciendo aquí? Es tarde—dije.

Ella pareció salir de su conmoción y me dio una mirada irritada.

—No te importa.

Quise reír.

—¿Necesitas ayuda? Los autobuses dejaron de pasar hace rato.

—Eso lo sé—rodó los ojos. —No es importante, sólo vete.

La observé y me cuestioné que podría estar pasando para que hiciera cosas como esa.
No éramos cercanos, no sabíamos nada más que nuestros nombres y llevábamos apenas unos días de saber de la existencia del otro, sin embargo, había algo que me continuaba llevando hasta ella y que no me dejaba ser indiferente a lo que hacía. Tenía curiosidad y no podía siquiera detenerme a pensar en lo que hacía.

—Taehyung, ¿qué pasa?—susurró Yoongi observándome como si fuera un lunático.

Suspiré y siendo poco consciente de mis acciones abrí la puerta y bajé del taxi ante la mirada desconcertada de mi hermano.

—Yoon, ve a casa. Necesito hacer algo.

—¿De qué hablas? Taehyung es tarde—me recriminó.

—No voy a tardar. Vete.

Él me observó y a pesar de que sabía que quería insistirme y que no entendía que pasaba, asintió.

—Ten cuidado.

El taxi retomó su camino y cuando desapareció de mi vista me volteé para encontrarme con los ojos curiosos y desconcertados de la rubia.

—¿Qué se supone que haces?

Sonreí y tomé asiento a su lado.

—Nada.

—Te dije que te fueras, no tienes nada que hacer aquí.

Reí levemente al escuchar su voz molesta.

—Sólo quería ver las estrellas y tú encontraste un lugar perfecto para ello. No estoy aquí por ti.

Hizo un puchero de desagrado y se cruzó de brazos lo que me hizo sonreír.
Yo tampoco tenía idea de lo que hacía ahí, en medio de la noche, junto a ella, pero en cierta parte me sentía bien haciéndolo.
Debía estar enloqueciendo.

✨✨✨

Gracias por leer, no se olviden de dejar sus votos y comentarios.
Bye💜

soft addiction; kth [editando]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant