∞ C h a p t e r 54 ∞

44 6 1
                                        

Chaeyoung

Había pasado una semana y aún me llenaba de molestia al ver las marcas que permanecían en el rostro de Taehyung recordándome las cosas tan tontas que podía hacer.
El que se hubiera puesto a pelear con Namjoon era la cosa más estúpida que había hecho, pero había algo en mí que se enternecía por el gesto.

—¿Hasta cuándo estarás molesta conmigo?

Su voz me hizo salir de mis pensamientos.
Él me observaba con pena y cansancio.

—Hasta que se me de la gana.

Rodó los ojos.

—Chaeyoung, está bien, lo admito, fui un maldito imbécil y me comporté de la peor manera, pero admite que él idiota de Namjoon se merecía algo así o peor. Lo lamento, por favor, deja de ignorarme.

Reí ligeramente al ver su frustración.

—Lo pensaré.

Soltó un suspiro y se sentó a mi lado con sus ojos aún observándome atentamente.

—¿Qué te pasa? Parece que hay algo que te está molestando.

Realmente odiaba que él me conociera tan bien.

—No es nada.

—No continúes mintiendo—entrecerró los ojos. —Anda, dime qué es.

Suspiré y mordí mi labio inferior pensando como decir las cosas.

—Tú...¿crees que estoy muy loca si quiero ver a mi padre?

Abrió sus ojos en desconcierto.

—¿Qué?

—Sé que es una estupidez, pero estos días me he sentido ansiosa. Es decir, de alguna manera sigue siendo mi sangre, ¿no? Me gustaría verlo, al menos para preguntarle como fue capaz de abandonar a mi mamá.

Parpadeó confundido.

—¿Tú sigues pensando que ese hombre que mencionó tu prima es realmente tu padre?

—Creo que es verdad, Taehyung—murmuré desviando mis ojos al suelo. —No sé, investigué en internet y ella no mintió al decirme que estaba en prisión. Ya sé donde está y si Jiyoung mintió o no me gustaría averiguarlo por mí misma.

Él estaba en blanco, probablemente apenas creyendo mis palabras.
No podía culparlo, si yo estuviera en su lugar creería que ya me había vuelto loca.

—Te harás daño, ¿lo sabes, no?

Reí apenas.

—Ya el dolor no puede ser mayor. De alguna manera creo que necesito hacer esto.

Suspiró y se quedó unos segundos pensando antes de darme una respuesta.

—Si crees que es necesario, está bien. Iré contigo entonces.

Me sorprendieron sus palabras llenas de determinación.

—No es necesario que–

—Tú fuiste conmigo hasta Busan en mi intento por enfrentarme a mis miedos y mi pasado—sonrió mientras tomaba mi mano. —Creo que es lo menos que puedo hacer por ti.

Eran palabras simples, pero me dieron mucha más seguridad que antes y valentía para intentar encontrar un fragmento de mi historia que estaba perdido.
Así, la mañana siguiente, ambos nos levantamos temprano aprovechando que Yoongi no estaba en casa y empezamos nuestro camino hasta la prisión de Cheonan, donde al parecer ese hombre estaba recluido.

En todo el camino intenté no hacer evidente mi nerviosismo, sin embargo, parece que Taehyung pudo notarlo e intentó tranquilizarme rozando suavemente mis manos que se mantenían aferradas a su cintura mientras conducía la motocicleta.
Antes de poder darme cuenta, ya habíamos llegado y bajé sintiendo mi cuerpo temblar.

—¿Estás segura de que podrás entrar?—me interrogó preocupado. —Eres menor de edad.

—Diré que es mi padre. Voy a intentarlo—me encogí de hombros.

—Chaeyoung, ¿estás realmente segura de que quieres hacer esto? Me preocupa que entres sola a ese horrible lugar.

—Estaré bien—le sonreí intentando calmarlo. —Te prometo que saldré rápido—acaricié su mejilla.

—Cuídate, por favor, si algo sucede corre afuera de inmediato. Estaré aquí.

Asentí y le di un pequeño beso para luego alejarme y caminar hasta la entrada de la prisión.
Me dieron escalofríos.

Hablé con el guardia y, tal como le había dicho a Taehyung, le hablé diciendo que iba a visitar a mi padre.
Me preguntó el nombre y cuando yo dije Jung Wonhyun, el hombre pareció escuchar algo imposible.
Por un momento pensé que me enviaría de vuelta a casa, no obstante, me permitió entrar.

La cárcel era horrible, el lugar daba una sensación de miedo y angustia que podía sentirse incluso a través de las oscuras paredes.
Tomé un poco de aire cuando el oficial me indicó que podía ingresar a la sala donde ya el recluso esperaba.
Mis piernas temblaban.

Cuando entré a la habitación, mi corazón se encogió al ver la imagen frente a mí.
Un hombre que se veía bastante mayor, sus ojos apagados a través de unas viejas gafas, su cabello corto de un tono castaño que empezaba a perderse entre las canas y que parecía contrastar a la perfección con ese viejo y desgastado uniforme beige.
Su rostro era una mezcla de cicatrices, piel pálida y huesos.
Me quedé petrificada y él al verme pareció confundido, sin embargo, sus agrietados labios se abrieron segundos después.

—¿Chaeyoung?

Mi respiración de pronto dejó de funcionar.

✨✨✨

Amores, ¿cómo están? Ah, yo muy emocionada por los últimos capítulos. ¿Qué creen que pase? Dejen sus comentarios.
Gracias por sus lecturas, hasta el siguiente capítulo❤️

soft addiction; kth [editando]Where stories live. Discover now