∞ C h a p t e r 42 ∞

31 4 0
                                    

Chaeyoung

Me veía patética llorando, lo sabía, pero no había podido evitarlo.
Dentro de mí muchas emociones mezcladas habían logrado que me quebrara por completo.

Jamás había sentido eso, nunca había tenido un gesto así, un regalo inesperado y mucho menos en mi cumpleaños.
Usualmente ese día me la pasaba encerrada en mi cuarto llorando por un pasado perdido y un futuro inalcanzable y lo que menos esperaba era que Taehyung me sorprendiera de esa manera.
Por primera vez me sentía especial y fue imposible no ponerme a llorar como idiota.

Mi cumpleaños nunca me entusiasmaba, de hecho odiaba ese día, sin embargo, la vida a veces daba sorpresas.
El año anterior cuando Jungkook había tomado mi mano y me había llevado a almorzar a su casa había sido agradable, aunque me fui de regreso lo más pronto posible porque no me sentía capaz de sonreír todo el día fingiendo ser feliz.
Ese día esperaba volver a estar sola y pasar el día maldiciéndome, pero Kim Taehyung nuevamente había aparecido ante mí con sus inusuales actos que me alteraban y un pastel que me resultaba el regalo más valioso que me habían dado.
No tenía idea de cómo lo sabía o porqué hacía algo así, pero debía admitir que era lindo y lo apreciaba mucho.

—No llores—se separó un poco de mí dándome una sonrisa. —Realmente te ves muy fea así.

Reí un poco y le di un golpe en el pecho que lo hizo reír también.
Nos separamos y traté de limpiar mi cara que seguramente se veía terrible tras llorar.

—Bueno, creo que deberíamos cortar el pastel; sería un desperdicio no hacerlo. Espero que te guste, la señora de la pastelería dijo que era el más consumido.

Lo vi ir hacia la cocina y me volví a sentar para ver el postre con crema blanca y detalles de flores más detalladamente.
Era bonito.

Taehyung volvió segundos después con un cuchillo y unos platos que colocó en la mesa.

—Ah, olvidé las velas. ¿Esperas un segundo? Iré rápido a–

—Descuida—tomé su brazo haciéndolo detenerse. —Está bien así, no necesito nada más.

—De acuerdo. Entonces...¿cuántos años cumples?

—Diecinueve—murmuré sintiendo las palabras como un peso en mi espalda.

—Bueno, por la esperanza de que los veinte sean mejores. Feliz cumpleaños, Chaeyoung.

Sonreí un poco y él se apresuró a partir dos pedazos para dejar uno frente a mí y tomar él el otro.

Me atreví a tomar un trozo y sentí la dulzura en mi boca y sólo entonces fui consciente de cuanto tiempo hacía que no probaba el pastel.
Un vago recuerdo de mí a los cinco años con un pequeño pedazo de pastel y la sonrisa de mi madre mientras cantaba la canción popular llegó a mi cabeza y las lágrimas volvieron a acumularse en mis ojos.
Hacían ya muchos años que nadie me deseaba un feliz cumpleaños y el hecho de que fuera Taehyung que estuviera conmigo en ese día me conmovía de manera inexplicable.

Comimos sin decir nada y eso solo me hacía sentir peor. Sabía que él tenía muchas preguntas por la manera en que había desaparecido y agradecía que hubiera dejado de interrogarme porque no sabía como explicarle que había intentado alejarme de él porque tenía miedo de mis propios sentimientos y de seguir desarrollando afecto por él.
Hasta el momento ambos jugábamos a que nada había pasado, que jamás nos habíamos besado, pero no tenía idea de cuanto duraría ni de que le diría cuando tuviéramos que hablar al respecto.
Quería alejarme, pero no podía, no cuando él me sonreía y abrazaba y mi vida parecía arreglarse al segundo siguiente.
Él era como un analgésico a mi dolor y yo estaba volviéndome adicta a él.

Después de comer, fuimos a dar un paseo junto a Byeol.
El día estaba algo apagado tras la lluvia, pero había un arcoiris que me hizo pensar en como, a veces, pequeños momentos de felicidad llenaban una vida vacía y triste.

Cuando volvimos a su casa la noche estaba empezando a manifestarse y pensé que lo mejor que podía hacer era irme.

—Fue agradable ver la ciudad, ¿no crees?—preguntó dándole un poco de comida a Byeol.

—Sí—sonreí un poco. —Taehyung, yo...ya debo irme.

Se paró de inmediato para observarme confundido.

—¿Te vas ya?

—Sí. Me agradó mucho venir y te agradezco por el detalle que tuviste, pero es tarde y creo que ya es hora de que me vaya.

Se quedó callado algunos segundos, pero luego asintió.

—Okay, solo, antes de irte, quiero darte algo. Acompáñame un momento.

Fruncí el ceño en confusión sin entender que es lo que querría, pero curiosa lo seguí hasta su habitación.
Él cerró la puerta y se quedó parado a mitad del cuarto.

—¿Y bien? ¿Qué quieres darme?

—Nada realmente—sonrió divertido.

—¿Qué? ¿Y entonces?

Mi respiración se cortó cuando lo vi acercarse a mí y quedar tan cerca que nuestras caras casi chocaban.
Sus manos sujetaron mi cintura y mi corazón entonces colapsó.

—Chaeyoung, realmente te he extrañado tanto, ya te lo dije antes. Quédate conmigo esta noche, sólo quiero tenerte un poco más de tiempo conmigo—habló calmadamente y yo apenas podía escuchar su voz en medio de mi conmoción. —Por favor, quédate.

Su voz ronca y esos ojos cargados de una dulzura y anhelo indescifrable hicieron estragos en mí.
Y yo tan vulnerable que aunque mi cabeza me gritara que no, lo único que quería era decir sí.
Porque con él encontraba una tranquilidad que quería y necesitaba y el tiempo compartido era como ese débil arcoiris que aparecía entre mi nublada vida.
Y no podía evitar sentirme así, tonta y débil.

Sonreí un poco y tomé sus manos entre las mías.

—Está bien.

✨✨✨

No se olviden de dejar sus votos y comentarios. Hasta el siguiente capítulo💙

soft addiction; kth [editando]Where stories live. Discover now