Ambos se encontraron y fueron capaces de compartir sus peores momentos, heridas y sonrisas.
El amor estaba, pero era demasiado difícil admitirlo.
Los recuerdos quedaban, pero dependía de ellos conservarlos.
»Fuiste como una suave y dulce adicción pa...
Me dió una mirada de desagrado mientras me observaba de pies a cabeza.
—¿Qué?
Rió irónicamente agitando sus extensiones a las que llamaba cabello.
—Sal de aquí.
—No.
—No sabes con quien te estás metiendo, tonta.
—El salón de música no es tu propiedad, querida—sonreí falsamente.
—Oh, Chaeyoung, te vas a arrepentir.
—Creo que será al revés.
Tomé su cabello y lo jalé con todas mis fuerzas.
—¡Auch! ¡Suéltame, suéltame!
—¿Qué? ¿Se te caerán las extensiones? ¿Se te quebrarán las uñas postizas?
Ella seguía chillando de dolor mientras me pegaba patéticamente tratando de que la soltara.
—¡Chaeyoung!
Solté de inmediato a la tonta esa al oír la voz del profesor Wang.
—¿Se puede saber que está pasando acá?
—Nada, profesor. Solo jugábamos, ¿verdad?— pasé uno de mis brazos alrededor de sus hombros.
—Hyesun, ¿es–
—¡Sí, profesor!—interrumpió gritando con miedo. —Es cierto.
El maestro nos observó, no del todo convencido, pero asintió.
—De todas maneras, no pueden estar acá antes del inicio de clases. Por favor, salgan.
Salimos las dos y ella me observaba aterrada.
—Tengan cuidado.
Sin decir más, el señor Wang se alejó y yo tomé rápidamente del cabello a la tonta de Hyesun.
—Hey, ¿ya te vas? Recuerda bien que no debes meterte conmigo. No me conoces, querida. Te puede ir muy mal.
Ella solo se retorcía de dolor.
—Bi...bien. ¡Ya suéltame!—gritó desesperada.
Sonreí victoriosa y la solté. Ella casi corrió del lugar.
Faltaban aún veinte minutos para que las clases iniciaran. Rodé los ojos y decidí ir a buscar a Jungkook.
Salí al patio principal. Todos se dedicaban a lo suyo, no obstante, lo dejaban por un momento cada que yo pasaba a su lado. Claro, todos me conocían a la perfección.
El clima estaba algo frío y me reproché no haber traído una sudadera más gruesa. Luego de algunos minutos tratando de encontrar a mi amigo, divisé el grupito de chicos con los que se juntaba. Me dirigí hacia ellos.
—¡Preciosa! ¡Hasta que te dejas ver!—habló coqueto Hyungsik.
—¿Y Jungkook?—pregunté ignorando su comentario.
—Ah, Jungkook—sonrió débilmente. —Creo que no vendrá hoy.
—¿Qué?
—Olvida a Jungkook. Aquí estoy yo, cariño—me jaló hacia él.
De inmediato le di una patada y él me soltó haciendo una mueca de dolor.
—Ni se te ocurra volver a tocarme, estúpido. La próxima vez no seré tan cuidadosa—advertí.
Me alejé de ellos mientras escuchaba la risa de los demás burlándose de Hyungsik.
¿Qué le habría pasado a Jungkook? Él era mi único amigo. Bueno, ni siquiera sabía si él era realmente mi amigo.
Sin saber que más hacer, me senté en una banca a esperar que las tontas clases empezaran. Todos se alejaban al verme; ya era normal.
Yo no me sometía a nadie y daba lo que cada uno se merecía. Después de haber sufrido tanto odio y humillaciones en mi infancia, me juré a mi misma no volver a pasar por la misma situación.
Saqué mis audífonos y los conecté a mi teléfono. Puse la lista de canción en aleatorio y cerré los ojos. Tantos recuerdos vinieron a mi mente, que preferí abrirlos de inmediato. Sentí de pronto que no quería estar en ese lugar. Al menos no sin Jungkook.
Tomé mis cosas y sin dudarlo me salté la pared que nos separaba de la calle. Ya los maestros parecían haberse acostumbrado a mis frecuentes ausencias pues no me decían nada.
Observé la calle y las personas pasar. Solté un suspiro, necesitaba un respiro del mundo pero no sabía a donde ir. Necesitaba un poco de paz mental y olvidar por un segundo los tontos pensamientos que mi cerebro reproducía una y otra vez o definitivamente iba a enloquecer.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Mil gracias por leer. Espero sus votos y comentarios. Los amo.