soft addiction; kth [editando]

∞ C h a p t e r 60 ∞

Taehyung

Cuando me había enterado de que la prima de Chaeyoung era quien la había arrollado me había llenado de rabia e impotencia; por eso mismo no me había sorprendido la actitud de Jungkook.

—¡Esa mujer está loca!—gritó, su rostro tornándose rojo. —Tenemos que proceder legalmente contra ella.

—El investigador me dijo que ya están trabajando en eso—habló Yoongi. —Solo nos queda esperar.

—De ninguna manera, esto es grave y debemos actuar ya. Jiyoung y toda su familia debe pudrirse en prisión.

—No vamos a hacer nada—se escuchó la voz de Chaeyoung y tanto Jungkook como yo volteamos a verla.

Sus ojos retenían lágrimas, pero su rostro estaba serio.

—¿De qué hablas?—Jungkook habló indignado.

—Estoy harta de luchar contra ellos. Ya no quiero saber nada, simplemente viviré como pueda, de todas maneras ellos siempre me ganarán.

Un nudo se formó en mi garganta.

—Chaeyoung–

—Jungkook—lo interrumpí—, creo que deberíamos darle un momento a Chaeyoung. Vamos.

Él me observó contrariado cuando tomé su brazo y lo hice salir de la habitación.
Yoongi nos siguió hasta la sala.

—¿Qué haces?—se soltó de mí y me observó molesto.

—Creo que ella necesita un poco de espacio. No la aturdamos con esto.

Suspiró pesadamente.

—Esto es tu culpa—murmuró.

—¿Qué?

—Su familia la odia más porque ella se fue contigo. Probablemente no hubiéramos llegado a estos extremos si ella hubiera permanecido con ellos.

Reí incrédulo por sus palabras.

—¿Estás demente? ¿Cómo podría estar ella mejor con esos malditos que la han dañado tanto?

—Es suficiente—Yoongi intervino dándole una mirada molesta a Jungkook y tomando mi brazo. —Taehyung vámonos.

Negándose a que continuáramos escuchando los argumentos del pelimorado, salimos de la casa.

Esa noche apenas pude dormir; las palabras de Jungkook daban vueltas en mi cabeza.
¿Qué tal si lo que había dicho era verdad? Probablemente las cosas habían empeorado con la familia de Chaeyoung por mi causa.
Tal vez, como él afirmaba, yo solo le traía más problemas.

Mis inseguridades y miedos solo incrementaron cuando, dos días después, recibí una llamada de un número desconocido que empezaba a hacerse familiar.
Intenté ignorarlo pero me preocupé por Chaeyoung y atendí.

—¿Hola?

—Taehyung, necesito hablar contigo—su voz sonaba incómoda y frustrada. —¿Es posible que nos veamos hoy?