CAPÍTULO 10

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No pude actualizar el domingo, pero les subo capítulo hoy para no hacerles esperar tanto

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No pude actualizar el domingo, pero les subo capítulo hoy para no hacerles esperar tanto. Denle mucho amor al capítulo con sus votos y comentarios.

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Una inquietud enorme me embargaba el pecho al estar dentro de ese coche con él a mi lado. De alguna manera sentía que eso ya había pasado antes, que era una experiencia que ya había vivido, era esa sensación de dejavu que me ponía los nervios de punta.

Mi mente me gritaba que él era un hombre peligroso, que me estaba adentrando a un mundo desconocido del que no sabía cómo escapar o peor aún, si saldría bien librada de todo lo que representaba.

¿Modelo? De verdad que solo pensarlo era una locura, ¡por Dios!, me pude haber imaginado cualquier otra cosa menos eso. Me imaginaba trabajando en algún Mcdonald's o cuidando perros, pero jamás en una compañía de tanto prestigio como Grupo Mancini. Que no solo era una empresa destinada al rubro de la moda, iba mucho más allá. El apellido Mancini encabezaba como dueño de boutiques, cafeterías, hoteles, líneas de ropa y hasta cruceros de lujo. Ese hombre no solo era dueño de un lugar, era dueño de innumerables negocios que generaban cientos de millones de euros al rededor del mundo. Y yo estaba junto a él mientras conducía un Mercedes clase A en las calles de Barcelona.

-¿En qué piensas? -preguntó sacándome de mis pensamientos.

-En nada -mentí.

No iba a reconocer que pensaba en él, en todo lo que tiene y representa. Cómo iba a imaginar que ese hombre que llegó a la cafetería por un puñetero café y haciendo una propuesta tan indecente era el dueño del lugar y de muchos otros, que me echaría a la calle para luego volverme a contratar en un trabajo del que siento vergüenza.

-Piensas en mí -musitó como si tuviese el poder de leer mi mente, voltee para verle y mire como una sonrisa se formaba en sus labios-. No lo niegues, estás pensando en que pudiste ahorrarte todo esto sí hubieses aceptado mi propuesta en la cafetería -añadió de forma burlona.

-Jamás hubiese aceptado eso -repliqué.

-Aceptaste, fuiste a mi departamento porque aceptaste -me recordó para hacerme sentir más avergonzada-. ¿Sabes por qué cambie de planes? -interrogó, pero no fui capaz de darle una respuesta-. Porque vendrás tu solita a mi cama y pediras que te folle.

-Morirás esperando -aseveré-. Jamás me acostaría con un ser tan despreciable como tú.

El coche frenó de golpe haciendo que me balanceara hacia el frente y dejé escapar un grito de pánico.

-¿Estás loco? ¿Por qué frenas así? -chillé sientiendo mi corazón acelerado por el susto.

-¿Por qué me dices despreciable? -preguntó de vuelta omitiendo mis preguntas-. He sido el hombre más caballeroso y respetuoso que he podido, te he dado trabajo y me ofendes de esta manera. ¡Es increíble! -bufó.

Una Peligrosa PropuestaWhere stories live. Discover now