CAPÍTULO 28

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A los pocos minutos estaban llamando a la puerta, tome mi bolsa y me encamine a la salida

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A los pocos minutos estaban llamando a la puerta, tome mi bolsa y me encamine a la salida.

Cómo era de esperar Julia estaba del otro lado y sus ojos se abrieron en sorpresa.

—¡Joder! Te ves preciosa —halagó.

—Gracias —musité con una sonrisa.

Me recorrió con la mirada de pies a cabeza sin omitir detalle, sonrió complacida en señal de aprobación.

Vestía un precioso vestido color burdeos, con un escote en forma de corazón que resaltaba mi busto, se acentuaba en la cintura con un lazo y tenía una caída natural y ligera en la falda que llegaba hasta mis rodillas, opté por unos zapatillas de tacón en color negro y accesorios de oro blanco. Lo acompañe de un abrigo largo de color negro. El vestido ayudaba a mi silueta pues me hacía parecer de cintura muy pequeña y caderas anchas, al mismo tiempo que me hacía lucir más alta.

La elección me gustaba, de hecho cuando me había visto en el espejo el resultado me parecía maravilloso. Me sentía cómoda y segura por primera vez en mucho tiempo.

No estaba acostumbrada a la ropa de alta costura, menos a verme tan arreglada desde horas tempranas, pero si quería proyectar otra imagen de mí debía empezar por verme diferente a mi misma. La única manera de empezar era cambiando mi forma de vestir y no porque necesitara la validación de la gente, pero estaba claro que no dejarían de verme de menos si seguía mostrándoles esa imagen.

Julia tenía razón, me tratarían como me vieran y ya no estaba dispuesta que me vieran débil y vulnerable. Los medios y la farándula estaban acostumbrados a ver mujeres bellas y seguras de sí mismas representando a esas marcas y sí eso querían, eso tendrían.

Salimos del edificio en dirección a la compañía, era un día de reuniones y algunas prácticas, pondría mi mejor cara y daría lo mejor de mí desde ese momento. Que el trabajo no me gustaría dejaría de ser una excusa, haría cuánto fuese posible por demostrarme que podía con cualquier reto que se me pusiera al frente, incluido el modelaje que sin tener elección me había tocado asumir.

Entramos en la compañía y como era costumbre las personas voltearon en mi dirección, pero las miradas eran diferentes y los murmullos no se hicieron esperar. No preste mayor atención a lo que decían, pero logre escuchar el comentario de una de las estilistas diciendo que me miraba fabulosa. Aquello me hizo alzar el mentó orgullosa de verme y sentirme bien por primera vez desde que había comenzado mi trabajo en la compañía.

Camine en compañía de Julia hasta donde pasábamos la mayor parte del día, el estudio de pruebas y fotografías. Ya había chicas trabajando en el montaje para las primeras fotos del día, al igual que Valentina ya trabajaba en la elección de las prendas.

Me quite el abrigo dejándolo sobre el sofá junto a mi bolsa, Julia se alejo para contestar una llamada y yo me quede mirando como terminaban de preparar todo para recibir indicaciones de Valentina.

Una Peligrosa PropuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora