She is Mine ©. (Parte 2 She is Special-TERMINADA).

Odio, rencor vs Kim.

Era un jodido idiota por no haber ido tras ella en el momento en que la vi. Solo di media vuelta y me llevé mi coraje conmigo a una estúpida fiesta que ni siquiera debí haber venido.

Tarde he reaccionado y conduzco a la casa que donde vivía Kim. Aparco enfrente de ésta y me rio. Tiene que ser una broma, apenas hace una semana vine y esta casa estaba abandonada y ahora, está limpia y como nueva. ¿En qué momento pasó que no me di cuenta? Y lo peor la escena que tengo frente a mi.

Kim sale con su radiante sonrisa del brazo de Aspen, despidiéndose de su padre, y sí, Aspen Rowell la sube en su auto y se marchan.

¿Ella me olvidó así de fácil? o ¿es que pretende ser feliz con alguien más? Kim lo merece después de lo que hice, pero siendo sincero soy un egoísta y no lo soporto.

¿Y si la cirugía tenía un efecto secundario como la pérdida de memoria?

Tengo dos opciones, seguirlos y arruinarles la noche o hablar con los padres de Kim. Estoy un poco tomado y opto por la segunda opción sin importarme mucho. Bajo de mi auto y toco la puerta principal. Siempre que hacía esto me emocionaba pero ahora, estoy furioso.

Escucho la voz del padre de Kim riendo de algo y diciendo: «Sabía que se les olvidaba algo chicos». En cuanto abre la puerta la sonrisa se le borra.

—¿Por qué mintió? —pregunto furioso.

Sé que lo primero que debí hacer, era saludarlo, eso no me nacía.

—No deberías estar aquí.
—No, usted no debió mentirme —le acuso.
—Deberías calmarte hijo —empareja la puerta y se coloca frente a mi.
—No voy a calmarme. ¿Por qué no me dijo que estaba viva? ¿Por qué la ocultaron?
—Porque fue decisión de Kim — responde de inmediato y me rio de esa tontería.
—Eso no es verdad

La puerta se abre nuevamente y ésta vez sale la madre de Kim sorprendida de verme. Parece preocupada y mira a su esposo, diciéndose tal vez algún secreto.

—Trata de hablar con él, no va a escucharme —molesto entra a su casa.

La madre de Kim me mira y esboza una sonrisa, tal vez siente lástima por mi o va a usar sus envanytos de madre para tranquilizarme. Debería saber que no va a ser así.

—Joe, no debes conducir tomado ¿sabes eso? —no le respondo porque no quiero ser grosero — Solo tenemos unos minutos antes de que vuelvan, pasa.

Entré a la casa, que nada había cambiado. Pasamos hasta la cocina y la madre de Kim me pidió sentarme en la pequeña mesa que había. Me sirvió una taza con chocolate caliente, no tenía ganas pero por cortesía la acepte y bebí u  sorbo.

—No lo entiendo —dije con un nudo en la garganta —¿Por qué nos hicieron creer a Kathy y a mí que había muerto?

Me dolía esa enorme mentira, todo este tiempo he estado sufriendo pensando que ella está muerta. Es un alivio saber que no es así, sin embargo no sé como sentirme ahora mismo. Son demasiadas cosas.

Los padres de Kim vuelven a verse entre sí y la señora Banks estira su mano para ponerla sobre la mía esbozando una falsa sonrisa.

—No sé cómo decirte. Fueron demasiadas cosas y te agradecemos lo que hiciste por ella en su momento. Ella cambió mucho en cuanto te conoció. Mejor dicho, los conoció. Bebe un poco más de chocolate, necesitas estar más que sobrio para lo que tengo que decirte.

Esas miradas y el tono de advertencia es un claro indicio de que es algo que no me va a gustar oír. Bebo grandes sorbos de la taza. Espero con ansias lo que tengan que decirme.