She is Mine ©. (Parte 2 She is Special-TERMINADA).

Dolor y esperanza.

Meses atrás...

Kim.

Escucho fuerte como si fuera un eco,el familiar sonido agudo y constante de un beep-beep-beep, el olor a antiséptico y alcohol es lo único que puedo distinguir ahora, de no ser por el insoportable dolor que hay en mis ojos. Siento algo cubriéndolos y ejerciendo presión, quizá eso sea lo que hace que sienta como si ardiera, como si me quemara, duele demasiado y cada beep es como si hiciera que aumentara mi dolor.

Quiero mover mis manos, mis piernas, mi cuerpo pero no puedo. No siento nada.

Intento hablar, gritar o hacer algo porque el dolor cada vez se vuelve más insoportable pero es inútil.

El punzante dolor ya no lo puedo soportar, es como tener una herida abierta y estar remoliendo en ella. Alguien disfruta de estarme torturando y va a darme un ataque.

Mis respiraciones se vuelven más ruidosas y pesadas, al mismo tiempo que el beep-beep-beep, se hace mucho más rápido y constante.

Poco a poco voy sintiendo mis extremidades e incluso de ésta manera es imposible moverme. Mis manos, mis pies e incluso a la altura de mi cintura siento algo que me lo impide, es como si estuviera atada.

Una voz no muy clara llama por mi nombre y yo me he vuelto loca. Me retuerzo de dolor, no importa que esté atada, no puedo parar.

Gemidos salen de mí boca hasta que sale un grito de lo más profundo de mi garganta. Ahora, puedo sentir las lágrimas cayendo por mis ya húmedas mejillas y mi voz es irreconocible. No puedo parar de retorcerme, gritar y llorar.

-¡Kim!-reconozco la voz de mi padre -Solo soy yo, tranquilízate.

No sé si es él quien ha tocado mi frente pero muevo mi cabeza.

-¡Quítalo papá! -digo desesperada -¡Has que se detenga! ¡Me duele! -sollozo -¡Papá, ayúdame!

No dice ni hace nada.

El aire empieza a faltarme, el dolor no se detiene, el beep-beep-beep es tan rápido que está desesperándome y yo solo puedo gritar y luchar inútilmente por liberar mi cuerpo de las ataduras.

-Kim, escúchame todo está bien, debes tranquilizarte -reconozco al doctor Morris de inmediato y le ignoro -Kim, estás sufriendo un ataque... Kim... Kim...taquicardia.

Es lo último que escucho en cuanto mi cuerpo se debilita, el dolor ya no lo siento y me lleno de alivio.

*******

El dolor intenso, se ha ido, apenas y puedo sentirlo. He recuperado la conciencia, mi cuerpo ya no está atado y sé perfectamente que ese olor a antiséptico y alcohol, así como el dichoso beep-beep-beep corresponden al hospital.

Hospital...

Estoy, en el hospital...

Estoy viva.

¡Oh por Dios! ¡Estoy viva y salí de cirugía!

Pero ¿por qué rayos mi vista sigue siendo igual?

Instintivamente llevo una mano a mis ojos donde toco una especie de tela que me rodea por la cabeza, tal vez sea una venda. Tengo que quitármela. La saco por encima de mí sin entretenerme pero todo es igual, mejor dicho, hay algo más cubriéndolos.

-¡Señorita! ¿Qué está haciendo? -dice una voz femenina -No puede quitárselo.

Me exalto por la repentina voz. No me di cuenta de que había alguien más.