She is Mine ©. (Parte 2 She is Special-TERMINADA).

Odio.

Despertarte y darte cuenta de inmediato que no es el lugar donde recuerdas haberte quedado dormida, es un tanto desconcertante. La vista es hermosa, el amanecer, combinado del sonido matutino de la naturaleza.

Quito las cobijas de mi cuerpo y me pongo de pie estirándome, la playera que llevo como pijama me queda enorme.

Me miro a mi misma sorprendida porque esta no era la ropa que llevaba ayer y... siento un calor en las mejillas de pensar que la única persona que está aquí, es Joe, él me cambió la ropa... ¡Diablos! ¿de verdad estaba tan cansada como para quedar inconsciente y no darme cuenta de que él cambió mi ropa?

Miro a mi alrededor y Joe no está por ningún lado. Sé que no debería sentirme cohibida por él cuando...se supone que él yo pasamos por muchas situaciones. Se supone.

Camino con los brazos cruzados para protegerme del frío, y camino hacia la alcoba para apreciar la belleza del lago. Cierro los ojos, tomo respiraciones profundas y me relajo, me encantaría despertar cada mañana así, con toda tranquilidad.

No mucho tiempo después, salgo de habitación y camino por la cabaña en busca de Joe.

Escucho su voz no muy clara al fondo. Me acerco cautelosa un poco más con la idea de darle un susto y me escondo detrás de la pared, sin embargo, él esta hablado por móvil. Tendré que esperar a que termine y después sorprenderlo. Sin embargo, agudizo el oído en cuanto escucho lo que dice.

—No quiero meterme en más problemas. Si... exacto... —lo escucho reírse —Ese no es asunto mío y que entienda las cosas equivocadas. Ella piensa que la amo y si eso la hace sentir mejor, no me importa es su problema....No... —Completa desilusión fue lo que sentí. Salgo de mi escondite y me quedo mirando a su espalda —Tiene problemas mentales y me está cansando. Es duro decirlo pero no tengo porque lidiar con esto, lo peor es que no puedo hacer nada al respecto, no es su culpa y no quiero...—se calla de inmediato al verme a mí —Tengo que colgar —dice rápidamente preocupado.

Me ha destrozado el corazón nuevamente. Mi pregunta es ¿Por qué?

No digo palabra alguna, solo niego decepcionada y doy media vuelta de regreso a la habitación.

—Kim no es lo que crees. Estás mal entendiendo las cosas.

—No tengo problemas auditivos ni mentales —digo sin querer escuchar tontas excusas.

—No era sobre ti —resoplo y lo encaro

—Ya no es algo que me sorprenda.

—Estaba hablando de Marie. Tiene problemas y lo sabes.

Me detengo completamente sorprendida, lista para enfrentarlo.

—¿También a Marie? ¿Qué clase de...?

—¡Kim, maldita sea! —me sacude por los brazos ampliando sus ojos —Creí que ayer algo había cambiado.

—¡Yo también lo pensé! —le grito molesta zafándome de sus brazos. Su rostro se vuelve sombrío y solo miro la manera en que el músculo de su mandí bula se mueve.

—Si quieres desayunar está en la cocina listo. Cuando termines o sea lo que quieras, recoge tus cosas.

Se fue molesto dejándome en medio de la nada —bueno, no en medio de la nada, en el comedor. —Esto se invirtió y se volvió en mi contra.

No sé qué rayos está pasando, me estoy volviendo loca. En un rato estamos bien, al segundo siguiente estamos mal. Debo entender al chico que de alguna forma ya no me soporta y yo a él tampoco.

Tengo un presentimiento que tal vez esta sea la última vez que lo tenga cerca, a mi lado y debería aprovecharlo, orgullosa o no.

Termino mi desayuno sin volver a ver a Joe. Me siento culpable de ello y prometo no hablar más.