She is Mine ©. (Parte 2 She is Special-TERMINADA).

Importantes Acontecimientos.

Aquí estoy, parada frente a la puerta de la casa de Joe, sintiéndome un poco nerviosa.

Anoche, Kathy y yo fuimos a la dichosa fiesta y las cosas no salieron tan bien. Joseph estaba tan ebrio que se la pasaba riéndose de todo, tenía un séquito a su alrededor y una pelirroja —que claramente no era yo — pegada a él, abrazándole y luego, lo impensable. Hizo detenerme en seco en cuanto vi como se le acercó a él y le beso.

En lugar de que yo reaccionara, fue Kathy la que se apresuró y literal, la jaló del cabello de manera salvaje.

Ocurrieron muchas cosas y tanto Kathy como yo, primero nos aseguramos de que Joseph estuviera en casa. Kathy me contó toda la historia, esa pelirroja no era una chica nueva, se trata de una ex. No puedo negar que me puse celosa, porque lo estaba y mucho pero en este caso Joe... voy a justificarlo.

Joe y yo tenemos que hablar muchas cosas.

—Buen día señora Collingwood ¿Está Joe?

—Hola Kim —saludó gustosamente la madre de Joe besando una de mis mejilla e incluso me invitó a pasar —Sí, Joe...está enfermo.

—¿Enfermo? ¿Joe? —solté una pequeña risita que cesó solo de ver a su madre no seguirme el "chiste". —Oh entiendo—dije seria esta vez —¿Qué... qué tiene?

—Tranquila. Aparte de resaca, cogió algún tipo de resfriado y está en cama. Tal vez le levante un poco el ánimo verte.

Sonrío tímidamente por la confianza que me tiene la mamá de Joe, que me lleva hasta su habitación y nos deja a solas.

Las ventanas tienen cortinas más obscuras y a penas entra un poco de luz.

Me acerco a un lado de su cama y me siento cerca de él en un pequeño espacio. Lo observo unos momentos, y paso mi mano por su suave y húmedo cabello, murmura y se gira del lado contrario. Está enfermo y cansado, así que decido dejarlo en paz.

Con sumo cuidado observo su habitación. Es curioso ver la habitación de un hombre limpia y ordenada, incluso, es un poco vergonzoso pero apuesto que lo es, mucho más que yo.

—Kim ¿qué haces aquí? —dice con voz ronca y toma mi muñeca.

—Hola borrachito —bromeo.

—¿Dejé de ser tu guapo y sexy novio tan pronto?

—Emborracharte no es sexy, ahora estás tirado en una cama ¿Cómo te sientes? Me refiero, además de tu resaca.

—Terriblemente mal. Me duele mi cabeza, siento nauseas, me duele la garganta y siento mi cuerpo arder.

—Hummm, pensé que estabas acostumbrado a ser extremadamente caliente —con mi sarcasmo logro que se ría un poco.

—No me hagas reír ahora Kim —dice entre risas.

—Estaba preocupada por ti —acaricio su cabello —quise asegurarme que no te había pasado nada —remojo el paño húmedo que tenía en su cabeza y repaso su rostro para refrescarlo y dejarlo en su frente. —Ya me voy, debes descansar...

Evita a toda costa que me vaya y a cambio de eso, primero me hace caer sobre él, se gira conmigo y quedo recostada a un lado de él.

—No, no te vayas—dicho esto me abraza y deja su rostro en el hueco entre mi clavícula y mi mandíbula, de inmediato siento su exagerado calor.

—Interesante... de ser un gruñón, insoportable, presumido, fuerte, y muchas cosas más. Pasaste a ser un niño llorón. —una carcajada sale de mis labios — Es una enfermedad temporal Joe —digo seriamente —solo unos días y volverás a estar perfecto, no debes detenerte por cosas pequeñas.