Día 15

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Día 15
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Un nuevo día, los rayos del sol se asomaban por la ventana iluminando toda la habitación; el canto de los pájaros se hacía presente indicando el comienzo del amanecer. Un joven dormido se veía obligado a despertar por el cantar que se escuchaba desde afuera y, de mala gana, se frotó los ojos y luego se levantó.

Caminó hacia la ducha, abrió el grifo y esperó a que empezara a correr el agua caliente mientras se quitaba la ropa de dormir. Cuando se aseguró de que el agua estuviera a una temperatura adecuada entró y dejó que el líquido cayera sobre su cuerpo, y cuando finalmente había terminado de bañarse, se secó el cabello y se envolvió en la toalla.

La pesadez en su cuerpo era evidente, durante la ducha no había dejado de bostezar. Caminó hacia el espejo de cuerpo entero en la pared de la habitación y se miró a sí mismo en detalle, notó que las bolsas debajo de sus ojos se notaban más durante la mañana, incluso su rostro expresaba más fatiga de la que normalmente sentía. Luego, se quitó la toalla que lo envolvía y miró hacia su cuerpo; debajo de su clavícula estaban presentes pequeñas manchas rojas, incluso si miraba de cerca, podía encontrar varias de estas marcas en lugares inimaginables.

Suspiró pesadamente mirando la toalla que caía a sus pies.

¿Es esta la persona en la que me han convertido?, pensó.

Solo ha pasado medio mes desde que ha tenido una vida tan agitada, fuera de su horario, lejos de su familia y trabajo; lejos de esa felicidad que no supo valorar.

Caminó hasta el armario y seleccionó la ropa, el sonido del reloj lo ponía nervioso cada día que pasaba. Y cuando se encontró vestido con un conjunto de ropa negra, se miró de nuevo en el espejo. Estaba agradecido de que al menos no le quitaran su personalidad.

Alguien llamó a la puerta y un hombre con camisa negra y corbata desajustada se asomó.

-Chuya, ¿estás listo para desayunar? -el hombre cuestionó.

-Iré en un segundo.

La puerta se cerró y volvió a mirar al espejo.

¿En qué momento se arruinó su propia vida? 

No, la verdadera pregunta era, ¿por qué lo permitió?

La noche anterior, Dazai se había vuelto más posesivo que de costumbre. Aunque no solían tener intimidad después de la charla nocturna que lo había desestabilizado y confundido, estaba seguro que algo estaba mal con el castaño. Tener la imagen de su propio cuerpo lleno de marcas era algo que lo tenía completamente avergonzado consigo mismo, ¿era normal que pasara todo eso?

¿Qué estaba ocurriendo?

Bajó al comedor con la expresión cansada mientras sobrepensaba las cosas sobre su relación con Dazai, lo que vio después lo dejó perplejo y por segunda vez en su vida, se sintió acorralado.

-Chuya, te presento a Fyodor Dostoievsky. Es un nuevo compañero y el día de hoy va a desayunar con nosotros.

-Oh, es demasiada coincidencia, Dazai-kun.

La voz de ambos hombres resonaba en los oídos del pelirrojo, quien aún no terminaba de procesar la situación por completo.

-Chuya y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo, ¿no es así, lyubov?

-Vaya que es una gran coincidencia -la risa de Dazai salió forzada.

Al notar que el pelirrojo no reaccionaba, Akiko se puso de pie y tomó el hombro de Chuya. Luego, dirigió la mirada a ambos hombres que continuaban platicando sobre lo que insistían con llamar "coincidencia".

Fake Lover | Soukoku - BSDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora