Fake Lover | Soukoku - BSD

Día 24

╔═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╗

Día 24

╚═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╝

Su pie temblaba una y otra vez, el choque del zapato contra el suelo hacia eco en el comedor. Estaba solo, Akiko había tenido que salir a atender unas consultas a domicilio; ni siquiera había tocado el desayuno, su mirada no se movía del lugar vacío a su lado derecho.

Extrañaba a Chuuya, extrañaba ser el primero en despertarse y ver al pelirrojo aún dormitando debajo de la sábana.

Ya no quería negarlo, ya no quería negar que estaba sintiendo algo realmente serio por él. Todo lo que hacia era por él. Y mientras apretaba el puño sobre la mesa, se juró a si mismo que daría todo de si para que su plan siguiera saliendo a la perfección.

Ni un solo error sería tolerado.

╔═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╗

╚═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╝

—Según los registros de Chuya, no eres su hermana biológico. Me pregunto porque existe tanta confianza... Quiero decir, a pesar de que soy un guardaespaldas y he convivido con muchas personas de todas las clases sociales, este es el primer caso donde presenció algo así.

Caminando por el frente, Verlaine ajustaba sus guantes blancos una y otra vez; tronaba delicadamente sus dedos y escuchaba —sin darle tanta importancia— a la persona que caminaba detrás de él: Adam.

¿Por qué justamente tengo que trabajar con alguien como él? Que esté detrás de mi solo alzara las sospechas de Dostoievsky, ¿cómo se supone que lo atrapemos con un idiota preguntón como este tipo?

—Debes estarte preguntando que tiene de malo el plan de Dazai —Adam de pronto dijo con seriedad—, pero vayamos paso a paso. Primero, necesitamos que te infiltres a la guarida de la rata y tengas contacto directo con Chuya.

—Será mejor que te mantengas callado o no dudaré en eliminarte si me estorbas —advirtió Verlaine.

—Sí, exacto. Eso es lo que debes decirle a Dostoievsky —despreocupado—. Es la única manera efectiva que tenemos para asegurar nuestra victoria.

—¿Y en que momento se supone que entrarás tu?

—Esa es la mejor parte, Verlaine.

╔═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╗

╚═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╝

Este era uno de los días que Dazai no quisiera volver a repetir, no después de que un Rimbaud enojado lo sorprendiera con un excelente golpe en el estómago luego de haber cruzado camino hacia la oficina del jefe.

Cayó de espaldas, inevitablemente; sin embargo, ahora no deseaba morir porque sí lo hacía era cederle la victoria a su rival. Al estar tratando de coordinar y captar la situación, miró el puño enguantado en negro de Rimbaud.

Temblaba, en el rostro del mayor había un sentimiento más que el enojo. Quería decirle que lo entendía, pero en ese momento las palabras de aliento no servían de nada. Llevó la mano derecha a su cabeza y suspiró, ¿qué se supone significaba todo eso?