Fake Lover | Soukoku - BSD

💖 Especial de San Valentín 💖

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Ha pasado un año desde que Dazai y Chuuya son pareja, recordar el tormentoso mes que pasaron en sus inicio era algo que resultaba una anécdota graciosa para quiénes habían sido testigos de ello.

Un año.

Un largo año teniendo una relación, donde nadie finge nada; donde lo que sienten es real, genuino, sin engaños.

Se preguntaba que estaría haciendo en un día como este si su camino con Dazai no se hubiera cruzado, ¿estaría feliz?

Se detuvo a medio camino directo al trabajo, mientras pensaba en "que sí" su vista se detuvo frente al enorme cristal de una tienda que estaba exhibiendo regalos de San Valentín.

¿Tan rápido es esa fecha?, pensó.

Aún tenía tiempo, pero observó con rapidez los artículos que estaban frente al cristal; chocolates, paletas, peluches.

Frunció el ceño y suspiró.

Él nunca había regalado nada en San Valentín, su primera relación había comenzado después de esa fecha, así que nunca tuvo el gusto de dar y recibir chocolates.

Seguiría su rutina como siempre, el 14 de febrero debería ser solo un día más en el calendario.

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-¿Qué? ¿Proteger a una pareja? Mori-san, no soy niñera -hizo un puchero.

-Este cliente ha sido perseguido por el esposo de la mujer, ya sospecha que hay una infidelidad. Si esta persona solicita nuestra ayuda sea cual sean las circunstancias -azotando un peón ligeramente contra el tablero de ajedrez, Ogai Mori alzó la voz- debemos protegerlo. Así se trate de un perro del peligro a tratar.

-No creo que estés diciendo todo eso -respondió con desgane.

-¿Tu respuesta?

-No puedo negarme, ¿verdad? ¿Qué me dices de Rando-san?

-Él reservó el día, tal vez si fueras más atento a tu alrededor hubieras tenido el mismo privilegio.

Salió frustrado de la oficina de su jefe. Los últimos meses Ogai le asignaba trabajos irrelevantes; la primera vez, tuvo que proteger a un anciano de un delirio; la segunda, una mujer le tenía miedo a las abejas; la tercera, un perro mordió a un niño y su madre solicitó ayuda para protegerlo de cualquier canino que se cruzara en su camino.

¿Es esta la vida que Odasaku quería para él? Prefería tener que arriesgar su vida en misiones peligrosas como antes, ¿o quizá Ogai era quién estaba perdiendo el control de las solicitudes de la organización? No lo culparía, el dinero era el dinero.

-Oh Dazai, ¿no reservaste el día?

Nuevamente, ¿que se supone que significa eso?

-¿Por qué lo haría?

Koyo Ozaki, esposa del jefe y segunda al mando, miró con curiosidad al castaño parado frente a ella. Definitivamente, no estaba equivocada con sus suposiciones de siempre: Dazai era un hombre despistado, siempre viviendo en su mundo.

-Es San Valentín. No puedo creer que Rando haya sido más inteligente que tu como para reservar el día.

-¡¿Qué?! ¡¿Por qué me importaría reservar este día?! -confundido.

-Cierto. Hasta hace unos años, nunca te preocupaste por días como estos aún si tenías un hombre esperando en casa. No has cambiado -rio divertida.

-No había necesidad de hacerlo -chasqueó la lengua-. Aunque, ya es tarde para eso ¿verdad?