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5 años después.

Seis de la mañana, hora en que los pájaros comienzan a cantar anunciando un nuevo día; a su ves, pronto el sol estaría haciendo su presencia iluminando todo a su paso.

Dudando, apretó el puño contra la manija de la puerta; no estaba listo para enfrentar los nuevos retos que le venían encima. Pero pensó, entonces, que sí su vida había llegado hasta ese punto era porque estaba siendo recompensado de alguna forma.

Suspiró, se convenció a sí mismo de que todo lo que ocurriera de ahora en adelante iba a ir por buen camino. Entonces, cuando giró la manija y abrió la puerta, una pequeña figura ya lo estaba esperando del otro lado.

—¡Papi, que bueno que llegas! ¿Me ayudas a peinarme? —con una voz chillona, una pequeña niña pidió con alegría.

Sus pequeñas y delicadas manos sostenían un cepillo y un frasco de agua con atomizador.

—Kyoka, ¿desde cuando estás despierta? —conmovido, tomó el cepillo y el frasco, entró cerrando la puerta tras de sí.

—Mmm —ladeó la cabeza—... Desde hace una hora, papi.

Chuya Nakahara, 29 años; cocinero de un prestigioso restaurante a cargo de un jefe idealista. Casado desde hace cinco años con un hombre que había causado que su vida diera un giro inesperado y, ahora, gustosamente es padre de una hermosa niña llamada Kyoka.

Una sonrisa se formó en su rostro que, antes, había estado lleno de preocupación. Su angustia se esfumó al notar que su pequeña tenía los ánimos hasta el cielo, motivada, llena de energía, pues esa misma mañana iba a comenzar su primer día en la escuela.

Sin vacilar, Kyoka corrió hacia el banquito rosa frente a su tocador y se sentó, esperando pacientemente a su padre que la observaba con un poco de nostalgia.

—¿Papi? ¿Te sientes malito? —giró un poco para verlo.

—¿Eh? No, corazón... Sólo pensaba en lo mucho que voy a extrañarte en las siete horas que no estarás en casa.

—Me portaré bien —aseguró con una sonrisa.

—¿Recuerdas lo que te dijo Osamu?

—Papá dijo: "No hables con extraños", "Si un niño te mira feo dale un golpe en el tobillo", "Si te sigue molestando, finge que te pegó, llora fuerte y acusalo con la maestra", "No compartas tu almuerzo, al menos que sientas mucha lastima".

—Eh... No, Kyoka... ¿Por qué no olvidas mejor todo eso que te dijo aquel? —apretó el mango del cepillo ocultando su enojo.

—¿Por qué? —curiosa, ladeó la cabeza.

—Porque papá está loco y no sabe lo que dice. Entonces, escucha —comenzó a desenredar los cabellos negros—. No debes portarte mal, si un niño te molesta debes ser educada y acusarlo con la maestra. Si prestas colores, debes pedirlos de vuelta y no debes hablar mientras la maestra esté explicando. ¿Entendiste?

La niña asintió.

—¿Irá tío Paul a recogerme?

—Como lo prometió. Nos veremos en la tarde y comeremos juntos, ¿bien?

Su corazón no dejaba de latir con fuerza por culpa de los nervios. La niña era demasiado madura, se preguntaba si hacerla crecer en un ambiente lleno de hombres no afectaría a su crecimiento personal.

Atrapado en sus pensamientos, logró terminar de peinar a su princesa con dos coletitas de caballo que la hacían lucir más preciosa. Ajustó el cuello de la blusa del uniforme y con una palmadita en el hombro le indicó que habían terminado.

Fake Lover | Soukoku - BSDWhere stories live. Discover now