Día 29-2

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Día 29-2

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No había nada que un buen té no solucionara, era lo único que necesitaba para refrescar sus ideas y olvidar lo que había pasado una hora antes.

Buscó formas de distracción, no quería permitirse pensar en lo ansioso que se sentía por estar nuevamente entre los brazos de Dazai. Aunque, si tuviera que ser honesto consigo mismo, estaba agradecido con la interrupción.

No me imagino que clase de cosas sucias hubieran pasado si continuaba... Tsk... ese bastardo, me está corrompiendo.

Alguien tocó la puerta.

El pelirrojo lo pensó un poco. Ango se había tenido que ir por un caso de urgencia y, generalmente, Dazai no solía tener visitas. Descartó rápidamente a Verlaine y Rimbaud porque el primero, antes muerto que pararse en esa casa; y el segundo, en el trabajo con Dazai.

La visita persistió y nuevamente tocó la puerta. 

Cuando decidió abrirla y averiguar de quien se trataba, la figura que se dejó ver lo sorprendió completamente: una mujer un poco más alta que él, vistiendo un vestido casual blanco que le llegaba hasta arriba de la rodilla; pelo largo y lacio, y unos bonitos ojos grises.

—¿Se encuentra Dazai?

Esta mujer... ¿es otra amiga del bastardo?

La mujer llevó un poco de pelo detrás de su oreja esperando una respuesta del hombre que estaba frente a ella.

—Está en el trabajo, pero puedo avisarle que...

—Nunca te había visto por aquí —se estiró, queriendo ver hacia dentro de la casa— ¿Eres su empleado o tal vez un familiar lejano? 

—¿Empleado? —repitió con enojo— No. Nada de eso... Dazai ahora...

—Bien, escucha. Conozco a Dazai hace mucho tiempo y no recuerdo haberte visto por aquí antes, seguramente eres de esas personas molestas que Akiko suele traer sin permiso a su casa... 

Para lucir bonita, es demasiado... grosera.

—Justo vengo de un viaje de negocios y la primera persona que esperaba ver era a Dazai —buscando algo en su bolso, continuó quejándose—. Déjale este recado. He estado llamando a su celular y no responde; me gustaría verlo, platicar y quizá, hacer algo más... como en los viejos tiempos. Solo él entenderá —extendiendo una tarjeta, la mujer sonrió.

Chuya recibió el papel con un número de teléfono escrito en él.

Antes de retirarse, la mujer insistió con la nota. De lo contrario, iba a continuar llamando al celular de Dazai hasta que le respondiera. "No importa qué", fueron los últimas palabras de la señorita.

—No puedo creer que en verdad viniera —al cerrar la puerta, el mayordomo de la casa dijo.

—¿Quién es ella? ¿Por qué no viniste a abrir? —reprochó.

—Dazai-sama no suele tener visitas, mucho menos... de esa mujer—respondió, manteniendo la cordura—. Chuya-sama, ¿me permite darle un consejo? 

—Supongo que sí —confundido.

Antes de hablar, el hombre mayor pensó lo que diría. Mantuvo su postura erguida y miró fijamente el papel que el pelirrojo estaba sosteniendo; pasó saliva con dificultad y cuando estuvo listo para hablar, dijo contundentemente:

Fake Lover | Soukoku - BSDOn viuen les histories. Descobreix ara