[ Abril, 1992 ]
El aeropuerto por la noche era mucho más calmado que por el día, pocas personas con ojeras, malhumoradas o preocupadas caras llevaban maletas, caminando por todas partes.
El rubio que esperaba sentado a sus dos acompañantes movía la pierna con desespero, no quería perder el vuelo. Luego de unos minutos más esperando, decidió que lo mejor era hacer una rápida llamada.
Marcó el número de aquel apartamento en su celular y esperó un par de tonos, hasta que por fin hubo respuesta.
—¿Qué pasó? —respondió la voz al otro lado del celular.
—¿Dónde están?
—Estamos saliendo del apartamento, llegamos en un momento.
—De acuerdo, dense prisa si no quieren perder el vuelo.
—Sí tío, no te preocupes. Nos vemos en un momento. —cortó la llamada.
El rubio suspiró, debía prepararse, sería un vuelo largo y cansado.
Pasados diez minutos, las personas por las que tanto estuvo esperando finalmente cruzaron las puertas del aeropuerto. En cuanto el chico con cabello rosa visualizó a su tío, alzó ambos brazos, saludando desde la distancia, llamando la atención de más de una persona en el lugar.
La chica de cabellos castaños que lo acompañaba le dió un ligero golpe con el codo, con un notable gesto de vergüenza.
—¡Hola Tío! —se acercó el pelirosa. —Tiempo sin verte.
—Fue menos de un mes Yuji. —tranquilizó el hombre de gafas. Aquel rubio había estado ausente durante algunas semanas por motivos familiares.
—Tío Kento. —saludó la chica con una breve abrazo. —¿Cómo estás?
—(Tn). —devolvió el abrazo. —Milagrosamente bien. ¿Listos para volver a San Antonio?
—Estoy muy nerviosa. —se sinceró con una pequeña sonrisa.
—No tienes porqué, sus padres tienen todo bajo control. —animó su tío. —Vamos, debemos abordar.
—¿Lista para abandonar Sevilla, hermanita? —preguntó Yuji a (Tn), regalándole una dulce sonrisa.
La chica suspiró. —Creo que si.
Tomando sus maletas, caminaron a lo largo de los grandes y fríos corredores del aeropuerto, dirigiéndose hacia la puerta del avión que debían abordar.
—Parece que tío Kento va a recibir herencia. Míralo. —mencionó el pelirosa por lo bajo, haciendo referencia a lo rápido y apresurado que caminaba el señor Navarro frente a ellos.
(Tn) no evitó soltar una carcajada, su hermano solía ser tan ocurrente, a menudo se preguntaba cómo era posible que, siendo un chico tan inteligente, repentinamente soltaba cada tontería.
—Buenas noches caballero. —saludó una de las azafatas.
—Buenas noches. ¿Vuelo 04-122?
ESTÁS LEYENDO
La Dueña | Megumi Fushiguro
FanfictionNi las fuerzas de un matrimonio millonario podrán con el amor de Megumi Fernández, un pobre hombre enamorado de una mujer imposible. 「 "Aunque soy pobre todo esto que te doy, vale más que el dinero porque sí es amor." 」 » Más información en la sin...
