La Dueña | Megumi Fushiguro

18 - "Como de telenovela"

[ "Sobrevivo aunque tú no me quieras" ]

Las expresiones de asombro y terneza no se hicieron esperar. Parejas de adultos observaba a (Tn) y Adrián con tanta nostalgia, llegando a ellos las luces de un amor joven y prometedor.

Por pequeños segundos, los nerviosos hazel de (Tn) iban de Adrián, a los invitados y luego a sus padre que la observaban con esa expresión que comenzaba a odiar: "Sabemos que puedes hija, confiamos en ti".

¿Qué pasaría si...

Es importante señalar que nuestra (Tn) Infante esperaba poder decir: "No, no quiero hacer esto", pero lamentablemente, las cosas no están escritas de esa manera en las estrellas.

Tragó saliva para luego alzar sus temblorosos labios en una sonrisa abierta y asentir frenéticamente.

—Sí, ¡sí quiero! —exclamó risueña, enchinando sus cristalinos ojos.

Encajando perfectamente, aquella joya adornó su anular izquierdo. Al incorporarse, Adrián la recibió con un abrazo, intentando juntar sus labios, pero ¡uy! El rostro de (Tn) se desvió a tiempo justo, chocando labios contra  mejillas.

Aplausos y corazones emocionados acompañaban el sentimiento que un compromiso joven significaba dentro de los de su clase. Isabel, Francisco, Eduardo y Victoria no podrían estar más contentos con la red que han forjado frente a sus colegas.

Aunque pareciera ser que la década de los noventa tendría cambios y reformas que anunciaban la nueva vida que anunciaba un siglo; había algo que entre los ricos no desaparecía ni con el pasar de mil años.

Las altas sociedades seguirán refugiándose en su dinero, en sus juegos de poder, creando todo tipo de estrategias egoístas para asegurarse por encima de los demás, y eso, lo sabían perfectamente cada uno de ellos.

Alvaran e Infante serían la cabeza de una nueva y poderosa sociedad que llevaría a sus familias hasta lo más alto.

—Ella no luce feliz... —soltó Nobara a un lado de Yuji.

—No, es evidente que no lo está. —exhaló aire por la boca.

—Oye Yuji, ¿qué crees que sucederá con el caballerango?

Volteó a verla confundido. —¿Por qué lo traes a colación?

—¿No fue obvio lo de ayer por la noche? —hizo una pausa. —Está claro que causa algo en (Tn).

—No lo sé Nobara, preferiría no meterme... Mi hermana se aferra fuertemente a las cosas que la hacen sentir bien, y temo que eso complique más la situación. ¿Entiendes lo que digo?

—Lo entiendo...

Sí, me gustaría no haber entendido lo que Nobara y Yuji hablan, y al igual que ustedes; ya no sé qué esperar.

[...]

"¡Dios, es precioso!", "¡Luce tan bonito en tu mano! Aún recuerdo cuando tu ahora suegra nos lo mostró", "¡Serán el matrimonio ideal!" Eran cosas que exclamaban las ruidosas y energéticas tías de Adrián, mientras que (Tn) se limitaba a sonreír y reír nerviosamente, incluyendo pequeños agradecimientos.

—Buenas noches. —interrumpió Adrián. —¿Me permiten llevarme a mi prometida?

Sus tías carcajearon y llevaron sus manos al pecho, haciendo esos típicos ademanes que hacen las señoras.

—Adelante dulzura, nosotras estábamos por irnos.

—Oh sí, es muy tarde ya. —añadió una de ellas. —Dile a tu mami que nos veremos el miércoles. Hasta pronto (Tn).