16 - "Inmortal"

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[ "Anularte de mi mente, ni quemando mis neuronas" ]

Faltaba tan poco, tan pocas horas para hacer la gran pregunta. La ansiedad del momento y los nervios no se hacían esperar.

Recordarán que cuando dejamos a Adrián Alvarán estaba en busca de un detalle para (Tn) Infante. Ahora, estamos exactamente a dieciséis horas de la gran fiesta.

La tarde del sábado seis de Junio apenas estaba cayendo. A la luz del sol y las brisas del campo; Adrián escribía y borraba en su vacío cuaderno.

Quería preparar un bonito discurso antes de la propuesta, deseaba con sus fuerzas que fuera especial, que se sintiera único y real para (Tn).

Pero era difícil... ¿Qué era exactamente lo que debía decir? Es decir, ¿qué sería lo mejor que él le podría decir a (Tn) antes de proponerle matrimonio formalmente?

Mhm bueno, ustedes y yo tenemos la respuesta a esa interrogante, pero por desgracia, así no son las cosas.

—Hola. —interrumpió Eduardo a un costado. —Aquí estás.

—Hola papá... Pensé que regresarías más tarde.

Cruzando los brazos y piernas, se acomodó en la banca de piedra para observar la tarde junto a su hijo. Eran vistas muy bonitas, el jardín lucía precioso.

—No. Francisco y Juan José ya habían arreglado las cosas con Serrano. —hizo una pausa para ver el cuaderno que reposaba en las piernas de Adrián. —¿Qué haces?

—Oh. —bajó la mirada a los garabatos que hacía. —Quería preparar un tipo de discurso para... Ya sabes.

Un ligera sonrisa paternal adornó el rostro de Alvarán. Siempre se ha dicho a sí mismo que, una de sus cualidades, es reconocer el esfuerzo y labor de los buenos hombres, y su hijo, realmente se estaba esforzando en su futuro.

—Exactamente, ¿qué es lo que quieres decirle? —preguntó tranquilo.

Apretó los labios pensativo. —¿Me prometes que no te molestarás conmigo?

Arrugó las cejas confundiendo. —No, por supuesto que no.

—Quiero hacerlo especial. —respondió finalmente. —Quiero que (Tn) sienta que es un compromiso real, y no por... una alianza.

Alzó una ceja. ¿Exactamente a qué se refería su hijo? La joven Infante sabía perfectamente que esto era fruto de un acuerdo como métodos efectivo para mantener la plutocracia de los Infante y Alvarán.

—Ya entiendo. —respondió Eduardo tras un silencio.

Adrián mordió la carne interior de sus labios. ¿Solo eso? Esperaba un poco más de ayuda, un mínimo consejo...

—Hazlo desde tu corazón. —sorprendió Eduardo al volver hablar.

—¿Desde mi corazón?

—Escuchaste bien. —respiro profundo. —Adrián, sé que he sido un poco duro contigo y todo lo referente a tu matrimonio. Sé que, probablemente, no eran las condiciones que esperabas. Sé que ha sido difícil entrar en la vida de esa chica... Pero también sé el maravilloso hombre que eres y en el maravilloso esposo y padre de familia en el que te convertirás.

El asombro le daba vida al rostro del menor de los Alvarán. Sí, estaba sorprendido, y no sólo eso, por primera vez en mucho tiempo, se sentía apoyado. No estaba tan solo en esto al final de todo.

—Así que no pienses. Hazlo desde tu corazón, piensa en lo que quieres ser para (Tn) Infante, sé sincero, sé atrevido, pero delicado y a ella le encantará. —apoyó la izquierda en su hombro. —Ignora por un momento que esto es por intereses comunes, piensa en tu matrimonio con Infante como el futuro que quieres para ella... Y para ti.

La Dueña | Megumi Fushiguro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora