La Dueña | Megumi Fushiguro

22 - "Un reclamo y un establo"

[ "Celoso no quiere que sea tu amigo, sospecha que soy un pirata y robaré su flor" ]

La emoción de Yuji y Nobara fue cortada en el mismo instante que la voz y presencia de Adrián interrumpieron en la cocina haciendo su estruendosa interrogante.

Alvarán mantenía una expresión neutral, pero sus ojos color esmeralda retrataban una frialdad que se confundía con un sentimiento de decepción y enojo.

¿Se ha enterado ya?

—Mjm. Claro. —respondió (Tn) con tranquilidad.

Dándole una rápida mirada a su amiga y hermano, se dirigió al lado de Adrián. Quería entender porqué su prometido estaba en su casa sábado por la tarde noche, se supone que lo vería en el almuerzo de mañana, ¿qué diablos hacía ahí?

—¿Qué sucede? Pensé que te vería hasta mañana. —volvió hablar Infante en cuanto estuvieron solos en el salón seguido del comedor.

Tomó una bocana de aire. ¿Cómo podría decir esto sin explotar en todos esos sentimientos negativos?

—¿Te besaste con alguien? —soltó sin más.

¿Recuerdan cuando les dijes que a nuestro romance prohibido de telenovela le faltaba por recorrer? Si... Puede que me haya equivocado.

Unos segundos desconcertada fue la respuesta que obtuvo Adrián de (Tn) a su inquietante pregunta. La había dejado helada, es decir, hace sólo unos minutos estaba acalorada con los besos de Fernández, y ahora, Adrián preguntaba ¡esto!

¿Acaso era un brujo que adivinaba lo que no podía ver?

Sus cejas se arrugaron y sus labios se separaron como respuesta. —¿Qué?

—Lo que escuchaste. Te besaste con alguien. —afirmó serio.

—¿Dónde escuchaste eso?

—Ahora no importa dónde o de quién, te estoy haciendo una pregunta y quisiera que me la respondieras con sinceridad. —replicó comenzando a molestarse.

—Ah, no importa. —repitió irónica. —Es decir que vienes a recriminarme cosas que ni siquiera te atreves a confirmar.

Exhaló pesado. —Escucha (Tn), intento no ser un hombre celoso, pero como comprenderás, no es agradable encontrarme con estas cosas de ti. No es fácil ver que te dejas cortejar por otros hombres, ¡no es fácil para mi! Escuchar y enterarme que te besas con Dios sabe cuantos hombres más, sabiendo que ¡tú! Te casaras ¡conmigo!

Sus pulmones se llenaron de aire sin poder creerse lo que estaba escuchando. Su boca se abrió incrédula y desviando la mirada de Adrián, negó con la cabeza. "Dios sabe con cuántos hombres más", ¿estaba insinuando que era una furcia?

—Escucha lo que estás diciendo ¡por Dios! ¡Suenas como un adolescente resentido! —escupió comenzando a sentirse más que molesta. —Pareces tan resentido que no he accedido a besarme contigo, que ahora reclamas que lo he hecho con varios más.

—¡La víctima ahora eres tú?

—¡Tal parece que sí! —lo interrumpió. —Tus celos son ¡agobiantes!

—Lo único que quiero saber es sí te has besado con otro (Tn), ¿tan difícil es entender! —guardó silencio esperando respuesta, respirando con dificultad. —¡Contéstame!

—¡Tú a mi no me gritas en mí casa! Y no tengo porqué contestar absolutamente ¡nada! A una pregunta tan estúpida e infundada.

—Es admirable como evades. —bajo la voz. —Es admirable tu desdén (Tn) Infante... He llegado a entender tu rechazo hacia mi, he llegado a entender el porqué me niegas un beso. Entiendo que no quieres casarte conmigo, que hacemos esto... ¡Obligados! Pero tenme un mínimo de ¡respeto! Que a fin de cuentas aceptaste el maldito anillo que llevas puesto.