05 - "Disculpas"

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[ Un 80% y un 20% ]

El bullicio del ambiente no se hacía callar, los sábados por la noche la fonda del pueblo era bastante concurrida por aquellos que querían pasar una agradable y despreocupada velada.

Unas que otras miradas se desviaban a la mesa en la que estaba Nobara de la Cruz junto a los hermanos Infante. Todo el pueblo estaba al tanto de la reciente llegada de los chicos, y en boca de todos andaba el cambio de Yuji y (Tn) pues solo algunos pocos habían visto a los hermanos, hasta ahora.

Nobara carcajeaba sin filtros, no podía creer lo que Yuji contaba. —¿Pero qué le pasa a ese wey? —sus risas cesaron lentamente para soltar la pregunta.

—Me odia, estoy segura que no me quiere cerca. —respondió esta vez la chica.

—Tu también lo odias. —añadió su hermano.

—No me agrada, pero tampoco llegaría al punto de lanzarle una palada de excremento.

—Yo digo que lo despidas. —soltó Nobara. —No es la primera vez que comete un error.

La chica se limitó hacer una mueca. Fernández ya había acumulado unos cuantos strikes con ella, y fácilmente podía decirle a su padre que lo despidieran, de ese modo se ahorraría más molestias y posibles discusiones con el pelinegro... pero Megumi era un hombre joven, trabajador y seguramente lo que ganaba dentro de la hacienda servía como sustento a su familia, si es que tenía una.

(Tn) no conocía absolutamente nada sobre él, y si en todo caso su hipótesis era cierta, se sentiría culpable al quitarle el sustento a una de las tantas familias de San Antonio. Ella sabía perfectamente que la vida de muchos no estaba arreglada como la de su hermano y la de ella, tenía el privilegio de ser una Infante y estaba consciente de ello.

—Pues se veía muy apenado. —interrumpió Yuji después de un silencio. —Tenía cara de tener una diarrea explosiva.

Nobara carcajeó, apretando los ojos de la risa y del asco que le causó el comentario del pelirosa.

—Ugh Yuji, que asco. —se quejó su hermana con una mueca.

Rio. —Perdón, pero es que es la verdad. —le dio un sorbo a su bebida. —Ya olvídalo, que el tipo se disculpe contigo es más que suficiente.

[...]

«Hola señorita Infante. Le ofrezco una disculpa... No, así no. Señorita Infante, no era mi intención... Así tampoco. Me disculpo por el accidente... ¡Pero qué difícil!» pensaba Fernández, practicando en su mente una y otra disculpa.

—Megumi, la carnicería está por allá. —la voz de Satoru interrumpió en su mente. El ojiazul iba todo distraído por el pueblo.

Los domingos por la mañana; él y el albino acostumbraban ir al centro del pueblo, al mercado y a la abarrotería para abastecerse de todo lo que necesitarían durante la semana. Solían ir a la carnicería por pollo u otros alimentos, si tenían dinero suficiente o alguna festividad importante compraban algunas cuantas piezas de res. Luego con don Enrique por vegetales y frutas, finalmente con Ino; el chico de la abarrotería.

—Ah sí, perdón. —regresó del trance en el que estaba metido, siguiendo los pasos del albino hasta llegar a la carnicería.

La Dueña | Megumi Fushiguro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora