Cayendo en tus Alas

Capitulo 2

                                                                                   Ojos Color Miel

Me encamino a una mesa, la cual está frente a una ventana, saboreo mi bebida y me dedico a mirar los alrededores de la cafetería, están empezando a llegar más estudiantes, de todos tipos y formas; y pronto la cafetería se llena, sin dejar un lugar vacío para nadie más.

Afortunadamente le guarde un asiento a cada una de mis amigas, alegando que están en el baño. Me comienzo a preocupar porque ya es casi hora de entrar y ellas aun no llegan, y pienso, - ¿de verdad se avergüenzan de mí? - Pero no me importa, es lo que debo hacer. Nadie puede conocer mi verdadera identidad.

De pronto siento que alguien se sienta a mi lado, iba a hablar cuando veo que no eran mis amigas; sino un extraño, un hermoso extraño, alto, fornido con ojos color miel, pelo negro como la noche, piel blanca y labios rojos, en realidad, el príncipe de mis sueños. Me quedé paralizada y no pude pronunciar palabras.

-Hola, Hola, de la tierra llamando a marte, ¿me escuchan? - me dice- ¿Qué te pasa nerd?

- Hoooola- fue todo lo que pude decir- No podía despegar mi vista de esos hermosos ojos color miel.

- ¿Cómo te llamas nerd? - me dice.

- Me llamo Nathalia- le contesté.

- ¿De dónde eres?, bueno, creo que eres de marte- me dice con una sonrisa, más bien como una burla. No lo podía creer, alguien tan especial y con un corazón tan feo. Pero le respondí.

- Soy de Inglaterra. - le dije.

- Qué raro ¿Por qué vistes así? - me dice- Se acerca aún más, haciendo que mi corazón se acelere, me mira y me dice:

- No sé por qué, me pareces conocida. ¿Nos hemos visto antes?

- Claro que no, es mi primera vez aquí- le dije. Además, si nos hemos visto, habría recordado a un chico como tú. En ese momento sonó el timbre de entrada, me pare y me dispuse a irme.

- Espera, ¿cuál es tu clase ahora? - me preguntó.

- Me toca Estadística ahora- le respondí.

- Oh, espérame, me toca también, ¿podemos ir juntos?

- Ok, está bien- le respondí. Espero no haber cometido ningún error, y las chicas no aparecen. Creo que se sienten avergonzadas de mí. Tendré que buscar otro lugar donde vivir, no quiero molestar a nadie y quizás sea mejor, con esto de que tengo que cambiar de identidad, temo ser descubierta. En la tarde, después de mis clases, buscaré un trabajo de medio tiempo.

- ¿Estás en martes otra vez?, y me da un golpecito en la cabeza- vamos se hace tarde- me dice.

- Vamos- le dije.

- Recorrimos un largo pasillo y luego subimos unos escalones uno al lado del otro como si fuéramos viejos conocidos.

- ¿Eres interna aquí? ¿estudias con beca? Porque esta es una universidad muy cara.... y...

- ¿No parezco rica verdad? –le dije- pues siii, estoy interna y estudio con beca. – le dije- con un poco de pena. Sabiendo que no era verdad. Tenía dinero, mucho dinero, él nunca se imaginaría cuánto.

En ese momento llegamos al aula, la cual ya estaba repleta y solo al fondo quedaban un par de asientos, el maestro, un poco regordete, pero se veía simpático y buena cara, ya se disponía a escribir en la pizarra cuando nos vio llegar y me pidió acercarme, lo hice.