Capitulo 9

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¿Será amor?

Lanoy.

Creo que hoy es un día bueno para mí, a la salida de la escuela quedé de avisarle a Nathy para ir de compras, estoy preparado hace un buen rato, no puedo quitar la vista de mi celular, esperando la hora. Me decido, tomo las llaves del coche y voy a buscarla. Ya al frente de su casa, tomo mi teléfono, eran como las tres y decido llamarla.

- ¿Si? Hola –me respondió

- ¿Nathy? Soy yo Lanoy, ¿ya estás lista ?, estoy aquí al frente, te espero - le dije.

- Si, lo estoy, ya voy- me dijo. Espera

Al escuchar su voz me sentí tan contento, iba a pasar toda la tarde con ella, nos estábamos llevando bien como amigos; así estaré junto a ella sin que pueda sospechar que no la veo solo como mi amiga sino como algo más.

Salí del coche y me recosté de este y bajé la cabeza para esperarla, me vestí casual para el momento. Pero en el momento en el que la levanté, allí estaba ella, parada como una estampilla, mirándome con asombro, le brindé una sonrisa y le dije.

- ¿Qué pasa preciosa, no puedes resistirte a mi belleza?

Se puso roja como un tomate, no se era porque estaba molesta o por la forma en que le hablé. Entonces le dije:

- Es broma Nathy, porque te pones roja, ¿Qué te pasa? ¿te sientes mal?

Muy despacio se me acercó y me dijo:

- No es nada, mejor vámonos.

- A sus órdenes mi lady- le dije con ironía, para molestarla, me gustaba verla molesta.

Arranqué el auto, la miraba de reojo y empecé a sonreírle burlonamente a ver que decía. Había cambiado mucho desde el primer día que la vi; mejoró su forma de vestir, aunque yo no miraba eso, también ahora era menos tímida. De pronto me dijo:

- De ¿qué te ríes? - con voz triste y haciendo pucheros. Se veía como una niña haciendo berrinches.

- ¿Nunca has tenido novio? - le pregunté. No sé porque le hice esa pregunta.

- No, nunca, no he tenido tiempo para eso, además, no creo en el amor- me respondió.

Waoooo, me dolió el pecho cuando me dijo eso "no creo en el amor", me dió una galleta sin mano, pero le dije:

- Eso explica todo, porque te sonrojaste y te quedaste mirándome de esa manera- me dijo. ¿Has ido a alguna fiesta antes?

- No, ¿quieres llevarme a alguna? Quizás conozca a alguien que me guste, aunque sea un juego, y además no se bailar- Me dijo, con la cabeza baja.

Me sentí mal y celoso, no sé por qué, paré el coche y seriamente le dije:

- Te llevaré a una fiesta pronto, si quieres ir. Debes salir y conocer el mundo. Y yo te enseñare todo lo que necesitas saber. Te lo prometo.

En ese momento ella tenía la cabeza baja, como quien tenía vergüenza, me dieron deseos de abrazarla y protegerla, pero solo tomé su barbilla con delicadeza y le levanté la cabeza y le dije:

- Eres preciosa, nunca te avergüences de nada. Recuerda, estoy aquí para ti, siempre estaré a tu lado.

Me acerqué más a ella, y la sentí muy cerca de mí, sentí su dulce perfume que me embriagaba, le di un beso en la mejilla, y luego la miré, y le dije:

Cayendo en tus AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora