Capítulo 25.-

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Mi Nuevo Hogar

Media hora después, llegamos a un cruce de carreteras, nos desviamos a la derecha, esta era la entrada a mi nuevo hogar, muchos árboles y flores adornaban ambos lados de la pequeña carretera, era hermoso el lugar; las chicas estaban asombradas, al fondo se alcanzaba a ver una casa, bueno, en realidad, era una verdadera mansión, muchos árboles y flores, también cubrían la entrada formando un túnel. Cuando estábamos cerca les dije:

- Ahí está la casa, es hermosa...

- Waoooo, es muy grande –dijo Ami.

Leslie se mantenía callada, no dijo nada, solo mantenía los ojos bien abiertos, los de la mudanza ya habían llegado, a pesar de no ser tantas cosas, pero era la única manera de que alguien mas no se enterara de mi secreto.

Discretamente, tomé la llave del lugar donde me dijo Máquensy mi abogado, abrí la puerta y me dispuse a dirigir a los de la mudanza al lugar donde tendrían que dejar las cosas, ya le había pagado antes a la empresa de mudanzas, pero, aun así, les di una propina, luego le pagué al señor del taxi y entramos a la casa.

Ya dentro las chicas no pudieron soportar su curiosidad y se lanzaron escaleras arriba para ir recorriendo una por una las partes de la casa. En la segunda planta, a parte de la habitación principal había cuatro habitaciones más y dos baños, un área de oficina, una salita de estar, un área de lectura, un yacusi y un sauna. En la tercera planta, estaba el área de juego, el bar y el gimnasio.

En la planta baja, tenía tres habitaciones más, la cocina, sala de estar, librería, dos baños; mientras que en la parte de alante de la casa, había una piscina que cubría el ancho de la casa, y en el patio trasero con una extensa área verde, un vivero, un huerto de árboles frutales, los cuales no estaban en buenas condiciones, además, una casa adicional para los empleados. También, había un hermoso y estrecho sendero de piedras que conducía a la playa. Era un lugar de ensueño.

Entré rápidamente en la cocina, y todo lo que necesitaba estaba ahí, así que muchas cosas de las que traje en la mudanza, ya no las necesitaba, por lo que decidí dárselas a mis amigas, entonces llamé a Leslie para decirle...

- Amiga, estos utensilios de cocina yo se los regalo, ya no los necesito.

- Muchas gracias amiga- me dijo Leslie. Pero hay un problema, ¿cómo las llevaremos?

- Yo tengo un coche –le contesté. Las puedo llevar.

- ¿Ah sí? y ¿dónde está que no lo veo? - me preguntó Leslie.

- Está en el garaje, se los mostraré –les dije.

Caminamos hacia el garaje, con un botón automático abrimos la puerta corrediza de éste, y ahí estaba el coche, era bonito de color negro, pero no era que llamaba tanto la atención.

- Oh, esta bonito, pero no tanto como para una princesa, podías tener un carro de año amiga, y... ¿sabes manejar?

- Si amiga, lo sé, pero ahora no es el tiempo para gustos y lujos. Y si, tengo licencia- le contesté.

- ¡Qué bien!, perfecto –me dijo. No conocía esa parte de ti, Nathy, digo, princesa.

- Pues prepárate – le dije, hay muchas cosas más.

Así pasaron algunas horas hablando de tantas cosas, bajamos un rato a la playa, y luego me dije Leslie:

- Bueno amiga, se está haciendo tarde, deberíamos de regresar a la casa, ya que en la tardecita voy a salir con Marcos.

- Ok, yo las llevo, pongamos las cosas en el coche –les dije.

- Entonces amiga, ¿te quedarás solita aquí? –me preguntó Ami.

Cayendo en tus AlasWhere stories live. Discover now