Cayendo en tus Alas

Capítulo 19.-

La Mudanza

Han pasado varios días desde mi salida del hospital, me siento triste, pero a la vez ya estoy bien, continúo tomando los medicamentos que me indicó William, pero hay algo que me preocupa, no he sabido nada de Lanoy, desde aquel día que jugué una broma y salió corriendo como una brisa del hospital y no he recibido ninguna llamada de su parte tampoco, no pensé que ese juego le afectaría tanto.

Hoy por fin ha llegado el día, tengo que mudarme al departamento que me consiguió Lanoy por medio de la empresa. Las chicas se encargaron de limpiarlo y llevar algunas cosas antes, quedaban pocas cosas para llevar, me sentía tan triste, ya estaba acostumbrada con las chicas, pero bueno, necesitaba mi espacio privado.

Mi amiga Ami, insistía en que debía quedarme para que me fuera en la noche, porque todo estaba listo y arreglado en el departamento no había prisa. El departamento estaba conformado con una habitación principal con su baño y una salita de espera y otra habitación con su baño también, una sala, una oficina, cocina, salita de espera, su balcón, área de lavado, y otro baño particular, estaba en la segunda planta; la verdad estaba comodísimo y perfecto para mí.

Todavía la licencia del trabajo estaba vigente y un certificado en la universidad. Así que todavía me quedaba varios días para pensar y descansar. Eran las diez de la mañana, y como me iría en la noche, decidí sentarme un rato en el jardín de la casa, me gustaba hacerlo, sentir el olor de las flores y rosas, el cantar de los pajaritos, debajo en un pequeño árbol que había en el lugar, era forma de transportarse a un nuevo mundo, había pasado, por tanto, que esos momentos eran los únicos que me ayudaban a ver la vida de una mejor manera.

Me recosté en uno de los banquitos del jardín que habían allí, cerré los ojos, y un sinnúmero de pensamientos llegaron a mi mente en esos momentos; de pronto sentí que había alguien detrás de mí, me voltee lentamente, y era Lanoy venía acompañado de una elegante chica, con un elegante cuerpo que parecía modelo de revista, no la había visto antes.

Se me acercó y me hablo seco y cortante, muy diferente a como lo era antes. Me dolió.

- Hola Nathalia, ¿Cómo está? - Me dice secamente.

- Hola Lanoy –Le respondí igual. Ya estoy mucho mejor, como puedes ver.

- Te presento a Alexandra, es mi amiga de la infancia –me dice. Ella quiso venir conmigo...

- Hola Alexandra –le dije a media sonrisa.

- Hola Nathalia –me dice- como te dijo Lanoy, nos conocemos desde la infancia, te pido disculpas porque en estos días he siso un poco egoísta y lo he acaparado solo para mí, por eso no ha podido venir a verte, además, tenemos algunos negocios que arreglar juntos.

Me sentí celosa la verdad, esa chica sabe lo que quiere, quizás quiso restregarme en la cara que ella era primero en la vida de Lanoy, y lo consiguió, porque ella en esos momentos no lo necesitaba, pero yo sí, y, aun así, se quedó con ella. No podía evitar sentirme triste y creo que pudo notarlo.

Pero no quería que esa tipa con aires de princesa se diera cuenta de cómo me sentía, así que le contesté:

- Waoooo, pero eso está muy bien, no te preocupes por mí, creo que tú lo necesitas más que yo. Antes estaba igual que tú, no tenía a nadie aquí, pero ya tengo a alguien más.

'Lanoy me miró de reojo y volteó la cara, yo los invité a sentarse en los banquitos y les dije:

- Esperen un momento, les traeré algo de beber y unos panecillos que recién hechos. ¿Qué desean tomar? –les pregunté- tengo, jugos, te, café...