De Vuelta a Clases / Algo inesperado
A las 6:45 de la mañana sonó el despertador, debo levantarme y prepararme, ya que hoy tendré un grupo de turistas para llevar al centro de California; en la tarde tengo que regresar a la universidad, nuevo cuatrimestre, ojalá que pueda quedar con algunos compañeros del cuatrimestre pasado.
No pensaré más, me levanto con energía y tomo un baño, luego me preparo, tomo rápidamente un jugo de pomelo (mi favorito) y me lanzo rápido a la calle para tomar un taxi. Llegué al trabajo faltando quince minutos para las ocho, tiempo perfecto.
Tomé el ascensor y entre a mi oficina, encantada de la diferencia que había hecho el día anterior. Me dispuse a preparar un café, tenía una cafetera eléctrica en un espacio de la oficina especialmente para ello, un momento después vaciaba el café americano en una tasa, a la cual le gravé mi nombre (marcando terreno), cuando voy acomodándome en el sofá tocan la puerta; doy el pase y allí estaba mi jefe, era muy elegantemente vestido como siempre, con un traje color café, por ciento, se veía muy bien, me sonríe y me dice:
- Buenos días Nathy, ¿Qué tal tus ánimos el día de hoy? Ya tienes el folleto con el horario y las instrucciones de la actividad de hoy, hazlo como siempre.
- Hola jefe, buenos días, estoy muy bien hoy -le dije. Si, ya tengo el folleto correspondiente, no te preocupes, todo estará bien. Ah, por cierto -le recalqué. Acabo de hacer un delicioso café americano, te traeré una tasa, toma asiento por favor.
- Oh, qué bien, perfecto, me gusta el café americano también, con dos de azúcar por favor – me dijo.
- Ok. Espera-le dije.
En ese momento cuando iba por el café, sentí que me mareaba y por suerte el escritorio estaba cerca y me agarré de él.
- ¡Nathy! ¿Qué te pasa? -me dice Leonardo. Rápidamente me toma por el brazo, me sienta en el sofá, me busca un vaso de agua y me la tomo.
- No vayas a trabajar hoy, cancelaré el viaje y vamos al hospital – me dijo.
- No te preocupes Leonardo, ya estoy bien, es solo un poco de estrés, al rato estaré mejor, no es necesario ir al hospital, te lo aseguro –le dije.
- Ok, si tú lo dices. De todos modos, aunque no sea hoy, debes ir al hospital, ¿De acuerdo?, tienes que cuidarte –me dijo con preocupación.
- Está bien jefe, gracias por preocuparte, lo tendré presente -le dije solo para que esté tranquilo, no me gustan los hospitales- Ahora jefe, tengo que irme, Samuel me está esperando, seguro ya los turistas están ahí.
- Ok, te llevas muy bien con Samuel, es raro porque no habla con todo el mundo, pero es buen chico –me dijo. Le gusta trabajar contigo, él me dijo.
- Oh, ¿De verdad?, en realidad, él es muy obediente- le dije con una sonrisa.
- Ok. Ve, y cuídate mucho, no quiero reclamos de Lanoy de que no te cuidé, ya me voy –me dijo. Y, con un guiño de ojo, me dejó y se fue.
Tomé el folleto, mi bolso y salí rápidamente de mi oficina cerrando bien la puerta, tomé el ascensor y bajé, donde me estaba esperando Samuel con los turistas, los cuales se disponían a tomar sus asientos, eran 25 turistas en total, un poco más que los viajes anteriores.
Nos dirigimos al lugar correspondiente y entre fotos, vistas y preguntas, el tiempo pasó volando, me tenían de vuelta y media, todos querían tomarse fotos conmigo y yo encantada, me gustan las fotos.
Regresamos a la empresa a las doce y media; entré a darle informe a Leonardo, luego pasé por mi oficina y cerré la puerta con seguro, quería descansar un poco antes de ir a clase. Así que, puse un poco de música, me quité la chaqueta y me recosté despreocupadamente en el sofá, entonces, me dispuse a descansar.
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Cayendo en tus Alas
RomanceEsta es una historia, basada en la vida de la princesa Analís Deutsche Andaluz, la cual después de la muerte de sus padres tuvo que vivir una vida difícil y de maltratos; tiempo después, prefirió ocultarse bajo un disfraz para no ser reconocida y...