Capítulo 15.-

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De Vuelta a Clases / Algo inesperado

A las 6:45 de la mañana sonó el despertador, debo levantarme y prepararme, ya que hoy tendré un grupo de turistas para llevar al centro de California; en la tarde tengo que regresar a la universidad, nuevo cuatrimestre, ojalá que pueda quedar con algunos compañeros del cuatrimestre pasado.

No pensaré más, me levanto con energía y tomo un baño, luego me preparo, tomo rápidamente un jugo de pomelo (mi favorito) y me lanzo rápido a la calle para tomar un taxi. Llegué al trabajo faltando quince minutos para las ocho, tiempo perfecto.

Tomé el ascensor y entre a mi oficina, encantada de la diferencia que había hecho el día anterior. Me dispuse a preparar un café, tenía una cafetera eléctrica en un espacio de la oficina especialmente para ello, un momento después vaciaba el café americano en una tasa, a la cual le gravé mi nombre (marcando terreno), cuando voy acomodándome en el sofá tocan la puerta; doy el pase y allí estaba mi jefe, era muy elegantemente vestido como siempre, con un traje color café, por ciento, se veía muy bien, me sonríe y me dice:

- Buenos días Nathy, ¿Qué tal tus ánimos el día de hoy? Ya tienes el folleto con el horario y las instrucciones de la actividad de hoy, hazlo como siempre.

- Hola jefe, buenos días, estoy muy bien hoy -le dije. Si, ya tengo el folleto correspondiente, no te preocupes, todo estará bien. Ah, por cierto -le recalqué. Acabo de hacer un delicioso café americano, te traeré una tasa, toma asiento por favor.

- Oh, qué bien, perfecto, me gusta el café americano también, con dos de azúcar por favor – me dijo.

- Ok. Espera-le dije.

En ese momento cuando iba por el café, sentí que me mareaba y por suerte el escritorio estaba cerca y me agarré de él.

- ¡Nathy! ¿Qué te pasa? -me dice Leonardo. Rápidamente me toma por el brazo, me sienta en el sofá, me busca un vaso de agua y me la tomo.

- No vayas a trabajar hoy, cancelaré el viaje y vamos al hospital – me dijo.

- No te preocupes Leonardo, ya estoy bien, es solo un poco de estrés, al rato estaré mejor, no es necesario ir al hospital, te lo aseguro –le dije.

- Ok, si tú lo dices. De todos modos, aunque no sea hoy, debes ir al hospital, ¿De acuerdo?, tienes que cuidarte –me dijo con preocupación.

- Está bien jefe, gracias por preocuparte, lo tendré presente -le dije solo para que esté tranquilo, no me gustan los hospitales- Ahora jefe, tengo que irme, Samuel me está esperando, seguro ya los turistas están ahí.

- Ok, te llevas muy bien con Samuel, es raro porque no habla con todo el mundo, pero es buen chico –me dijo. Le gusta trabajar contigo, él me dijo.

- Oh, ¿De verdad?, en realidad, él es muy obediente- le dije con una sonrisa.

- Ok. Ve, y cuídate mucho, no quiero reclamos de Lanoy de que no te cuidé, ya me voy –me dijo. Y, con un guiño de ojo, me dejó y se fue.

Tomé el folleto, mi bolso y salí rápidamente de mi oficina cerrando bien la puerta, tomé el ascensor y bajé, donde me estaba esperando Samuel con los turistas, los cuales se disponían a tomar sus asientos, eran 25 turistas en total, un poco más que los viajes anteriores.

Nos dirigimos al lugar correspondiente y entre fotos, vistas y preguntas, el tiempo pasó volando, me tenían de vuelta y media, todos querían tomarse fotos conmigo y yo encantada, me gustan las fotos.

Regresamos a la empresa a las doce y media; entré a darle informe a Leonardo, luego pasé por mi oficina y cerré la puerta con seguro, quería descansar un poco antes de ir a clase. Así que, puse un poco de música, me quité la chaqueta y me recosté despreocupadamente en el sofá, entonces, me dispuse a descansar.

Cayendo en tus AlasWhere stories live. Discover now