Capítulo 22. 2da. Parte

13 3 4
                                    

Preparativos Fiesta de La Empresa/Recuerdos

Después de Leonardo de decirme el  verdadero nombre de Lanoy... me preguntaba, si Lanoy sería el hijo pequeño de esa mujer, de aquella que al junto de su hijo me hicieron tanto daño, no podía recordar nada, pero, mis rodillas comenzaron y empecé a recordar nuevamente muchas cosas de mi infancia; aquella vez que tanto he tratado de olvidar... Me sentí mareada a punto de caer, escuché a Leonardo decir...

- ¿Qué te pasa Nathy?, te has puesto pálida de repente, ven siéntate, te buscaré agua- me dijo.

Salió de rápido y pidió a su secretaria traer un vaso de agua, la cual al momento se apareció preocupada. Mis ojos se cerraron, solo escuchaba voces lejanas que me llamaban, pero yo en ese momento, revivía aquella escena, la de mi pesadilla, veía mucha sangre, sentí cuando él me empujó, el hijo mayor de esa señora, solo tenía ocho años, acababa de cumplirlos.

Cuando él me golpeaba y golpeaba; al final me empujó, me golpeé con la pared de mi habitación, y se me hizo un corte en la cabeza, me salía mucha sangre, no podía respirar, gritaba y le pedía de favor que me dejara, pero él me encerró en el almario, le tenía miedo estar encerrada, me dejó ahí por horas, estaba muy asustada, no me quedaban fuerzas, pero escuché la voz de mi madre decir "ven hija vamos a jugar", era como si estuviera ahí conmigo.

Esa voz me dio la fuerza y empujé la puerta del almario y caí fuera de ésta, empecé a arrastrarme hacia la salida lo más que pude, ya no podía más, solo lograba aclamar "ayuda", cuando estaba a punto de desmayar, apareció una mano que me levantó, y solo puedo recordar de ese momento aquellos ojos color miel que se veían preocupados, porque me desmayé y de ahí no pude recordar nada más.

Todavía no he podido saber quién me ayudó, aunque a veces creí que fue mi amigo, el hijo pequeño de mi madrastra, él era bueno y siempre me ayudaba, cuando desperté después de muchos días, él estaba conmigo, creo que fue quien me curó las heridas, yo le pregunté, pero nunca me dijo nada, solo me dijo, "todo ha sido una pesadilla princesa, olvídalo", pero sabía que no había sido así. De pronto escuché mi nombre:

- Nathalia, Nathalia, despierta por favor –escuché una voz conocida.

Abrí los ojos lentamente y ahí estaban mirándome, los mismos ojos color miel, con la misma preocupación, pensé.... No puede ser.... Fue él.... o, ¿estaré confundida?

- Lanoy... solo dije.

- Preciosa, ¿qué te pasa? –me preguntó preocupado, lo noté.

- Yoooo... Estoy bien, no me pasa nada, no te preocupes – le contesté.

- ¡No pasa nada! – me dijo seriamente- no te has estado cuidando bien Nathalia, ya no eres una niña (eso lo sabía, era una mujer, una mujer que te quería, que quería estar contigo, no quería ser solo tu amiga), debes saber cuidarte. Si pudiera te diera dos nalgadas ahora mismo –me dijo molesto.

No me quedó más que sonreír, respiré profundo y me paré del sofá en el cual estaba recostada.

- Estoy bien te digo, además, yo me estoy cuidando, pero alguien me ha dado mucho en que pensar últimamente –le contesté.

Todo quedó en completo silencio, Leonardo en un lado de la oficina mirando la escena de reojo, fingiendo quizás no escuchar nada, pero con una media sonrisa en su rostro.

- Además, ¿a qué viene tu preocupación?, no te has preocupado por mi últimamente... pero ya está bien, olvídalo –le dije. Por otro lado, ya te ha contado Leonardo de que ¿tienen un nuevo socio?

- Siiii, me siento aliviado por ello –me dijo sonriente- ya no te quedarás sin trabajo, porque corría el riesgo de que eso pasara.

- Y... pensaste en sacrificarte por todos... o, ¿no era tanto un sacrificio? –le pregunté seria. Ya sé todo.

Cayendo en tus AlasOnde histórias criam vida. Descubra agora