| Capítulo 12

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«Tus ojos me quieren decir la respuesta, puedo sentir la verdad a través de tu respiración.»

— ¿Estás mejor?

— Si, un poquito... Lo siento por hacerlo pasar por esto P'Bright, no debí cancelar las clases. — Agachó su cabeza, formulando un puchero triste en sus labios, pues el sentimiento de tristeza aún seguía, aunque los mimos y lindas palabras del mayor lo calmaron muy bien, su lobito aún sentía una leve presión en su pecho difícil de ocultar, pues a pesar de que decía estar bien, Bright ya deducía que no por las expresiones desanimadas del pequeño.

— No pidas disculpas, si yo estoy aquí es porque en verdad me preocupas. — Regañó, pasándole la taza de manzanilla que él mismo había preparado para consolar a su acompañante. — ¿Quieres que le sople un poco? Está caliente aún.

— Puedo hacerlo yo, bobito.

— Lo sé, pero quiero mimarte. — Esbozó una pequeña sonrisa nerviosa, últimamente le gustaba mucho ver los sonrojos del Omega, descubrió que era sensible a los mimos y palabras bonitas, por eso empezó a decirle unos piropos suaves para no ponerlo tan incómodo, quería ir suave.

— Ya lo haz hecho mucho, no quiero abusar. — El sonrojo en las mejillas del pequeño era suave, pero fue subiendo de intensidad al ver a su Jefe soplar el té y probar un poco, Win tomó en sus manos la taza y empezó a beber desde el mismo lugar que había tomado el azabache, su sonrisita era pequeña y nerviosa, no quería pensarlo pero en su mente apareció la idea de que se habían dado un beso indirecto, sonrojándolo con más intensidad.

— No abusas Winnie, si estoy aquí es porque me preocupas, ya lo dije, no sigas diciendo más o me enojaré.

— No te enojes P'Baii. — Murmuró el de cabello castaño con ojitos brillosos hacia el Alfa.

— No lo haré si dejas de culparte, mh. Sigo ansioso porque me enseñes a preparar arroz con leche. — Mostró sus hoyuelos con una sonrisa.

— Hagámoslo ahora, tengo los ingredientes aquí. — Exclamó con emoción, dejando la taza en el centro de mesa y seguido se levantó, tomó la mano del azabache para llevarlo a la pequeña cocina que tenía su departamento, el Omega se sonrojó al sentir la mano contraria acariciar la suya, su mano era muy pequeña a comparación con la de Bright, sentía como los largos dedos del Alfa rodeaban casi toda su manito, se sintió pequeño de la nada y tuvo la enorme necesidad de esconderse entre los brazos del mayor, pero se aguantó.

— ¿Qué ingredientes usaremos? El arroz con leche parece difícil.

— Solo necesitaremos arroz, leche, azúcar y palitos de canela. — Llegaron a la cocina aún con sus manitas unidas, ninguno quería soltarse pero tenían que hacerlo, así que con pesar, se separaron y rompieron el tacto.

— Entonces es más fácil, siempre quise probar arroz con leche.

— ¿Nunca lo probaste P'? ¡Es delicioso! — Afirmó mientras sacaba los ingredientes necesarios y los colocaba en la pequeña mesita que tenía. — Lo siento si es chiquita la cocina y te incomoda.

— No me incomoda, me parece muy adorable.

— ¿En verdad? — Preguntó con cierta sorpresa, sonriendo al mismo tiempo pues lo que se esperaba era alguna burla o algo parecido.

— Claro, me gustaría tener tu cocina, se ve más cómoda, la mía es muy grande y me llega a desesperar a veces.

— P'Bright, yo quisiera una cocina como la suya, puedo bailar mientras cocino. — Bromeó el pequeño soltando leves risas. — Bien, empecemos, primero lava el arroz, eso ya sabes hacerlo.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora