| Capítulo 23

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«Estaría bien si lo nuestro realmente hubiera sido un juego, porque de verdad me duele mucho. Debería de ir al médico, pero solo soy uno más.»

— ¿Cómo te fue en la escuela osito?

— P', hice nuevos amigos, todos me trataron muy bien.

— Eso es fantástico Gunnie, ¿Te parece si hoy vamos a comprar ropa nueva para ti?

— ¡Si! No tengo mucha ropa P', si quiero ir de compras.

— Bien, iremos después de almorzar.

Win había recogido a su pequeño en la nueva escuela, estaba ansioso por saber cómo le había ido, el quería que Gun tuviera amigos y que todos lo tratasen bien, por suerte fue así, el pelinegro se la había pasado genial con sus nuevos compañeros, eran muchos en su sección pero todos se veían de buen corazón a comparación con su anterior escuela, donde los niños eran muy presumidos y les enseñaban a ser clasistas solo por venir de familias millonarias y reconocidas, porque sí, Gun venía de un apellido sumamente hablado y adinerado, donde solo las apariencias importaban y los fajos de billetes podrían comprarlo todo, es por eso que al presentarse como Omega sus padres se decepcionaron ya que, su hijo único no podría encargarse de los sucios negocios familiares.

Pero ahora estaba feliz, se sentía más tranquilo y libre, él siempre fue consciente de los actos turbios que sus padres realizaban con tal de conseguir lo que se proponían, él no quería ser parte de eso y ahora que estaba con Win, no quería alejarse jamás.

Dentro de unos minutos ambos ya estaban en casa, Gun cambiándose de ropa para no ensuciar el uniforme y el castaño preparando el almuerzo. Había empezado a comer, pero era lo mínimo, su estómago seguía resentido y asqueado de todo, su cuerpo cansado, debilitado, estaba gastando sus pocas energías en el trabajo, quería dar todo de si, pero le preocupaba el hecho de reencontrarse con Bright, no podía evitarlo ya que era el jefe y dueño de la cafetería, en algún momento tendría que ir a supervisar lo que pasaba, pero de todos modos quería evitarlo, aún no estaba listo.

Cuando Bright y él se veían después del trabajo, Win cumplía horas extras para así hacer tiempo en lo que esperaba a su novio, pero ahora que no lo veía decidió cumplir su jornada real, la cual consistía en 4 horas al día en las mañanas, le daría tiempo para recoger a su pequeño Gun del colegio, y también evitaría toparse con su novio. Seguía rindiendo bien en la preparación de cada postre y comida, el mismo día recibió muchos halagos por el buen sabor y sazón de lo que hacía, pero después de atender a una mesa, se sentaba en el suelo de la cocina para tomar aire ya que este le empezaba a faltar.

Ambos almorzaron juntos, el castaño sirvió de manera generosa la comida en el palto de Gun, mientras que en el suyo había poca cantidad, empezó a beber un poco de agua y al finalizar, sintió sus labios húmedos con un líquido sabor metálico, llevo dos de sus dedos a esa zona y al observarlos se dió cuenta de que su nariz estaba sangrando por segunda vez en el día, suspiró pesado, no quería verse débil ante Gun.

— P'Win...

— Estoy bien corazoncito, no te preocupes, siempre me pasa así que es normal. — Sonrió leve, tomando una servilleta para así limpiarse y cubrir sus fosas nasales, evitando que siguiera saliendo sangre. — Ve a ponerte mi abrigo, está haciendo frío y ya sabes que no quiero a mi niño enfermo. — Dijo con dulzura, limpiando sus dedos.

En lo que Gun obedecía, Win terminaba de lavar los trastes, al finalizar fue a la habitación y se puso su gorrito de lana y un suéter abrigador para que no le dé el frío, pues su pequeño amigo Gun usaba su abrigo. Se tomaron de las manos para así salir de casa hacia alguna tienda de ropa.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora