| Capítulo 39

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«Nos toca creer en la vida y en sus tiempos.»

— Gun, ¿Crees en las relaciones?

— ¿En qué sentido P'?

— Bueno, las relaciones suelen ser complicadas, más aún cuando una persona es demasiado insegura de sí.

— Oh, vale. — Pensó. — Si lo son, pero sí ambas partes se aman, pueden ir contra viento y marea.

— Yo creo que no es así en todas, siempre alguno de los dos se queda en la orilla y le cuesta avanzar, a pesar de que la marea sea suave.

— Tienes razón. — Tomó la mano contraria que colgaba y se agarró de ella para cruzar la pista de la calle donde pasaban algunos autos. — Mi P' es así, a veces me da miedo de que vaya a tener un bajón muy fuerte y termine con su novio.

— Eso sería triste, si fuera así, tu P' se sentiría culpable siempre y lloraría mucho.

— Así es. — Asintió suave. — Eso me preocupa, a pesar de que él se muestre como alguien seguro siempre, suele ocultar mucho sus sentimientos y al momento de dejarlos salir, se descontrolan.

— Me imagino como se debe estar sintiendo, espero que pronto mejore. — Murmuró esbozando una pequeña sonrisa, acariciando con sus dedos los nudillos delicados y rosas que el menor tenía, el tacto era suave, la paz que Gun contagiaba a Khai era tremenda, ahora ya no querían separarse. — Ya que te estoy acompañando a casa, creo que es buen momento para conocer a tu famoso P'.

— ¡Tienes razón! Tal vez ya me está esperando, me costó mucho hacer que me diera permiso para volver caminando, tiene miedo de que me vaya a pasar algo.

— Él te cuida mucho, ¿No es así? — Caminaron ahora por los callejones solitarios, donde solo pasaban algunas personas y un par de autos, todo tranquilo.

— Sí, me gusta eso, mis papás casi no me prestaban mucha atención. — Suspiró, apretando suavemente la mano más grande. — No sé que hubiera sido de mí sin él.

— No nos hubiéramos conocido, mh, estoy agradecido con tu P' ahora. — Soltaron pequeñas risas, balanceando el agarre que tenían entre sus palmas, cual parejita enamorada.

Khai se sentía cada vez más cómodo al lado de Gun, la compañía al principio era insegura, pero con el paso de pocos días ya no le preocupó aferrarse a aquella amistad, si en algún momento tendrían que separarse lo aceptaría, duela lo que duela, la vida es para sufrir y reír, él ya había experimentado esos sentimientos lo suficiente y quería creer que uno más o uno menos no haría la diferencia, se estaba haciendo el fuerte, cuando en realidad más a fondo de su corazón, reconocía que se encontraba más débil de lo que hace tiempo ya estaba.

Se pararon frente la puerta de madera que daba entrada a la casita de Gun, en la parte superior colgaba una pequeña campanita de adorno y en un costado el botón del timbre que no tardó en ser presionado, segundos después la puerta se abrió dejando ver a un Alfa despeinado y adormilado, la ropa mal puesta que dejaba en evidencia la buena mañana que se habían dado, era un desastre total.

— Pasa Gun, Winnie está durmiendo. — Balbuceó soltando un largo bostezo y sin tomar importancia al acompañante del más pequeño, se dio media vuelta y caminó de regreso por donde había salido, con flojera.

Gun puchereó, mirando a su amigo quién se encontraba tecleando en el teléfono y sin darse cuenta de lo que sucedía en su entorno, era un caso perdido, siempre distraído. — Nos vemos mañana Khai, tal vez otro día te presente a P'Win.

— Oh, está bien Gun, no hay problema, cuídate, ¿Si? Recuerda pasarme la tarea. — Bromeó.

— ¡Bobo! — Reclamó con diversión, agitando su manito en manera de despedida mientras ingresaba de un saltito a su hogar, cerró la puerta no sin antes sonreír para su amigo, mismo que se fue con una sonrisa mucho más amplia.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora