| Capítulo 44

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«No hablar mal de nadie es la mejor forma de hablar bien de ti.»

— Un poquito más…

— N-no Baii… Uh!~

— Podemos decirle a Gun que no hay gasolina y otro día que se reúna con su amigo. — Murmuró empezando a deslizar su mano por el trasero de Win que comenzaba a volverse más voluptuoso, apretó con fuerza la carne y con sus labios dió succiones al cuello pálido que tenía a su disposición, viendo cómo pronto las manchas rosas que dejaba se tornaban a un color violeta intenso.

— Ah~ P-pero Baii… R-recuerda que estamos e-en abstinencia…

— No creo aguantar más, no cuando sé que andas meneando tus caderas para intentar provocarme, mh, ¿Crees que no me di cuenta? — Murmuró con voz ronca, tomó la manos de Win para empujarlo a la puerta de madera y acorralarlo de manera que sus cuerpos quedaran muy pegados.

— N-no es cierto… — Un sonrojo se instaló en sus mejillas y de pronto empezó a ponerse nervioso. Ver a su Alfa así de mandón le encantaba, era un lado difícil de sacar, pues solo sucedía cuando estaban por tener sexo salvaje en el celo de Bright.

— Ya te pedí disculpas por haberme comido tus fideos, ¿Me seguirás castigando con la abstinencia? — Ahora comenzó a repartir besos en las mejillas suaves y esponjosas del castaño, quién no pudo evitar esbozar una sonrisa tranquila.

— No es sólo eso, quiero castigar a tu Alfa porque en la noche de luna roja, ¡Sentí que si necesitaría una silla de ruedas! — Llevó sus manitos al pecho más fuerte y empujó con fuerza, logrando quitar el cuerpo más grande de él. — Ahora vamos o Gun llegará tarde. — Abrió la puerta de su habitación y caminó a la sala con tranquilidad, manteniendo una sonrisa traviesa en sus labios. Se sentía un pasivo dominante.

— Pero Winnie, por favor, Omega~ — Corrió tras él de manera suplicante. Nunca se había imaginado en una escena así, rogándole a un joven menor que él para tener al menos roces que puedan saciar sus hormonas adolescentes que comenzaban a florecer, pero ahí estaba, abrazando la cintura de Win con cariño, procurando convencerlo. — Solo un poco, ¿Sí? — Murmuró con emoción al notar la expresión pensativa que tenía el Omega en su rostro.

— ¡No puedo negarme más! La verdad yo también tengo muchas ganas.

Soltaron unas risas divertidas finalizando por completo la mini pelea que tenían, obviamente en juego. Unieron sus labios con cariño y se abrazaron, suspirando con profundidad por lo felices que se encontraban, sin duda era una de las mejores épocas para ambos, la relación iba de maravilla, en una semana estarían cumpliendo seis meses de relación, medio año que se había sentido como seis días que pasaron volando sin si quiera tomar un descanso.

No necesitaban ningún descanso, sus vidas habían dado bastantes vueltas pero seguían juntos, tomados de las manos a pesar de que habían días en los que sin poder evitarlo fruncían sus ceños con molestia, era la ley de las parejas, por más que se amen, los desacuerdos en algunos temas seguirían ahí, también las peleas, pero era parte del camino que les faltaba por recorrer, era inevitable.

— Ya estoy listo Phi, ¿Me veo bien?

— ¡Dios! Estás precioso, creo que me pondré celoso, estás quitándome el puesto del "Mundialmente guapo" — Apodo que se había puesto él mismo cuando se vió de casualidad en el espejo del auto, la reacción fue demostrativa, fue la primera vez que pudo ver su reflejo y sentirse hermoso.

— Claro que no Phi, solo tú ocupas ese puesto. — Gun sonrió con dulzura y aplaudió lleno de emoción. Salieron del hogar para caminar al auto negro que manejaba Bright. La ruta era sencilla, solo llevarían al centro al pelinegro y después irían por ahí a comer en alguna cafetería o pasear por el centro comercial.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora