| Capítulo 33

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«La felicidad es un fugaz eclipse entre donde y con quién.»

Mantener su respiración calmada en esos momentos era casi imposible cuando sentía el ardor placentero en su piel, por cada golpe su cuerpo calentaba y su miembro endurecía cada vez más, Win jamás imaginó que esas nalgadas en su trasero le iba a gustar tanto.

— ¿Cuántas faltan, bebé? — Una voz grave sonaba por toda la oficina acompañada por unos gemidos agudos reprimidos, no podían darse el lujo de hacer mucho ruido.

— F-faltan cinco, jefe Chiva-aree... — Balbuceó el pequeño boca abajo, sujetándose por el borde del escritorio en el que se encontraba acostado. — Hágalo muy fuerte, Win merece un castigo... ¡Ah!~

— Tú lo pediste. — Murmuró azotando con rudeza la nalga derecha ya irritada y roja del Omega que gemía y lloraba de puro placer. — Te ves tan sexy desde atrás. — Halagó el moreno apretando y amasando el glúteo lastimado.

— ¿M-me va a penetrar? — Levantó su cabecita y la giró un poco para poder mirar el rostro de su Alfa que tanto amaba, sonrió tímido, empezando a menear de un lado a otro sus caderas para intentar seducir al activo.

— No sé si te merezcas eso, ayer fuiste un niño muy malo... — Susurró dando dos nalgadas más ahora en la mejilla izquierda, sonriendo. — Pero puedo meter solo la punta... — Sonrió con malicia, haría sufrir un poco más a su pequeño.

— J-jefe Chiva-aree por favor... Quiero que me la metas muy profundo. — Murmuró cerrando sus ojitos para permitirse gozar, no sabía porque de su boquita salían palabras tan vulgares, era como si estuviera en celo.

Bright, sin embargo volvió a nalguear con fuerza, separándose un poco para admirar la vista tan preciosa que tenía de su Omega, por un momento creyó que había sido bastante bruto, pues el traserito de su novio si que estaba rojo, suspiró, inclinándose para dar un beso amoroso en los labios húmedos que descansaban entreabiertos.

— Bien, pero será rápido y no debes hacer mucho ruido o pararé de inmediato. — Murmuró dejando un camino de besos húmedos desde el hombro desnudo hasta el inicio de la partidura del trasero de Win, con ambas manos separó las nalgas para dejar expuesta la rosa entrada que pronto sería profanada por su pene, escupió sobre ella y con su lengua esparció y delineó, internandola de a poco.

El cuerpo más pequeño se estremeció por esa sensación tan extraña de humedad en su zona íntima, abrió sus piernas por impulso para darle más acceso a la boca traviesa de su Alfa y sonrió con regocijo, dejándose hacer. Escuchó de pronto el cinturón y pantalón ser desabrochado así que se emocionó al saber que pronto sería penetrado, arqueó un poquito más su espalda para que su trasero quedará expuesto y se preparó para sentirlo, sin embargo solo escuchó una risa de fondo.

— ¿Estás caliente, bebé? — Preguntó Bright con burla, frotando la punta en círculos sobre los pliegues rosas que mantenían cerrada la entrada del castaño.

— Jefe Chiva-aree me pone así de caliente. — Balbuceó cerrando sus ojos y lanzando su cabecita hacia atrás, sintió una estocada muy brusca dentro de él que le hizo chillar de dolor por lo repentino y tosco que había sido. — ¡AH!~

— Shh... — La mano del moreno sujetó la cintura más pequeña con firmeza y la otra cubrió la boca contraria para evitar que gimiera mucho, a pesar de que se moría por escucharlo. Sin esperar ni un segundo más comenzó un vaivén frenético y tosco, sintiendo la entrada a la cual embestía, muy estrecha y apretada. — Te ves caliente...

Off paseaba por los pasillos con el ceño fruncido, hace muchos minutos que estaba esperando que Bright abriera la puerta de la oficina para trabajar, pero lo único que lograba escuchar eran gemidos y feromonas salir, el bromeaba con eso de que follarian ahí dentro, pero nunca pensó que de verdad lo harían, se había cabreado en serio.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora